

San Bartolomé volverá a dejar escapar al diablo en Sepúlveda alrededor de las 22:00 horas. Cuando las agujas del reloj den la hora, seis jóvenes del municipio ataviados de rojo saldrán, entre hogueras de la iglesia que lleva el nombre del santo y recorrerán las calles de la villa, dispuestos a dar escobazo a cuantos se interpongan en su camino; siempre en un ambiente de diversión y fiesta.
Lo único que ha cambiado de la costumbre de liberar al diablo en la noche del 23 de agosto ha sido, con el paso del tiempo, es el número de diablillos que salen a dar ‘guerra’ a los vecinos, así como la supresión del ritual de las pesadas cadenas que solía llevar atadas a las piernas aquel o aquellos que hacían de diablillos.
Según cuenta la tradición oral y escrita, estando predicando en la India fue requerido por el rey Polimio, cuya hija estaba endemoniada y atacaba a mordiscos a todos aquellos que se acercaban a ella y cómo la princesa habría quedado curada cuando el santo pidió a los criados del rey que la desataran, siendo entonces el diablo quien quedó preso por el santo.
La tradición del buen asado
Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.