Llamábanse congresos “a la búlgara” aquellos celebrados en los países del otro lado del “telón de acero” en los que el aclamado líder del Partido Único era elegido o reelegido con un resultado que solía oscilar entre el 95 y el 99 por ciento de los votos.

Nada más lejos del ánimo de “El topillo” establecer semejanzas entre la democracia asamblearia que practica Podemos y el “centralismo democrático” de los regímenes comunistas, pero es lo cierto que el líder de la formación morada en Castilla y León, Pablo Fernández, acaba de ser reelegido para un tercer mandato con el contundente respaldo del 100 por 100 de los 1.260 votos válidos registrados en la votación telemática realizada para elegir al coordinador y demás miembros del Consejo Ciudadano Autonómico (CCA).

Es verdad que esta vez Fernández era el único candidato que concurría al cargo de coordinador autonómico, pero llama la atención que no se registrara ni un solo voto en blanco. También se constata que a medida que el máximo dirigente del partido en Castilla y León refuerza su liderazgo entre la militancia de Castilla y León, ésta va menguando elección tras elección.

En febrero de 2015, cuando Podemos celebró su I Asamblea Autonómica, Fernández resultó elegido primer secretario del partido en la comunidad con el respaldo del 68,11 por ciento de los 3.400 votos emitidos en el proceso. Obtuvo el respaldo de 1.952 votantes frente a los 571 y los 373 que se decantaron por los otros dos candidatos en liza. En mayo de 2017, los participantes en la votación fueron 3.179, de los cuales 2.221 (71,95 por ciento) fueron para el secretario autonómico, que optaba a la reelección frente a otros dos candidatos.

Cuatro años después, la participación en el proceso de elección del coordinador y el CCA de Podemos en Castilla y León ha caído en más de un 50 por ciento respecto a los dos procesos anteriores. El número de participantes ha sido de 1.397 y el total de votos válidos de 1.260. De los 24 elegidos para formar parte del CCA las más votadas han sido la otra procuradora de Podemos, la burgalesa Laura Domínguez, y la exprocuradora berciana Lorena González, actual concejala de Bienestar Social en el ayuntamiento de Ponferrada.

Respecto a la anterior dirección autonómica, han desaparecido históricos de la formación en Castilla y León como el zamorano Braulio Llamero y la segoviana Natalia del Barrio, quienes ya no militan en el partido. Tampoco hay rastro lógicamente de la corriente Anticapitalista, que colocó tres miembros en el anterior CCA y era especialmente pujante en Valladolid. Dicha corriente, coliderada por la andaluza Teresa Rodríguez y el eurodiputado Miguel Urbán, abandonó en bloque Podemos el pasado año. Y obviamente tampoco está el concejal de León y aspirante al cargo de coordinador autonómico en la Asamblea de 2017, Nicolás Pastrana, expulsado del partido ras un expediente disciplinario incoado por desavenencias con el mando establecido.