Vecinos y visitantes ya pueden recorrer las nuevas rutas en el entorno del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama en una nueva apuesta por potenciar el turismo en los municipios a los pies del puerto de Somosierra en su vertiente segoviana.


La senda del Caslilla

Una de las rutas, bautizada como “La senda del Caslilla” nace fruto de la colaboración entre los Ayuntamientos de Santo Tomé y Casla. Discurre completamente dentro del Parque Natural de la Sierra Norte del Guadarrama, entre Sigueruelo –perteneciente a Santo Tomé- y el propio Casla.

El terreno los componen rocas calizas que están siendo disueltas por el agua, formando paisajes dominados por cuevas y oquedades. El río Caslilla ha disuelto las calizas dando lugar a un pequeño cañón donde se encuentran varias cuevas, como la “Cueva del Ranchón”, o las viseras y abrigos de piedra caliza conocidas como “Pasil de los Moros”.

En la zona de Sigueruelo y Casla destaca el Sabinar, catalogado como Zona de Especial Conservación “Sabinares de Somosierra”. En el paseo, de unos 7,2 km –unas dos horas y media- se pueden contemplar enormes ejemplares de esta especie, entre los que sobresale “La Enebra” de Sigueruelo, un ejemplar con varios metros de diámetro de tronco y al que se le calculan más de cinco siglos de vida.

Para proteger la ruta se han dispuestos talanqueras de protección en algunas zonas además de la completa señalización.


Paseo por las dehesas

En cuanto a las otras rutas, la de Villarejo es un agradable paseo por las dehesas y la que transcurre por Siguero nos recuerda nuestro patrimonio etnográfico al poder contemplar las ruinas de las yeserías abandonadas, la ermita y los antiguos lavaderos del río Caslilla vinculados a la trashumancia”, explica Guillermo Iglesias, técnico medioambiental del proyecto.

Por su parte, Ángel Mora, alcalde de Santo Tomé del Puerto, asegura que “la apuesta por la creación de nuevas sendas señalizadas representa un atractivo más para los municipios de Segovia y permiten disfrutar en familia de los paisajes, formaciones calcáreas y árboles singulares que tenemos en la zona”.

La financiación mixta entre Junta y Ayuntamiento –unos fondos de 60.000 euros-  ha permitido la contratación de cuatro personas dentro de este programa en aras del desarrollo turístico y cultural y, además del acondicionamiento de las sendas se ha restaurado la fragua de Villarejo, un pequeño edificio de uso tradicional, que ahora sirve como espacio expositivo.