El pueril afán de algunos políticos de adornar sus curriculums con títulos inexistentes o fraudulentos ha ocasionado en el pasado más de un disgusto a quienes incurren en semejante osadía, como fue el caso de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien comenzó a cavar su tumba política con el truculento master expedido por la Universidad Rey Juan Carlos. Anteriormente hubo en Castilla y León un diputado nacional del PP, el vallisoletano Tomás Burgos, que tuvo el desliz de atribuirse una licenciatura en Medicina que nunca llegó a obtener.

Y como les hay que no escarmientan en cabeza ajena ahora ha sido cazado en la misma práctica el nuevo diputado nacional del PP por León, José Miguel González Flores, quien durante años ha presumido de ser Licenciado en Derecho, carrera que nunca concluyó. El caso de González Flores, a la sazón secretario provincial del partido en León, es especialmente recalcitrante, ya que, tras haber reconocido inicialmente la falsedad, ha tenido después la desfachatez de negarla, y ello a pesar de las evidencias que ha dejado en redes sociales como Twitter.

El pastel se ha descubierto a raíz de que el digital lenoticias.com trasladara la pasada semana al diputado sus dudas sobre su licenciatura en Derecho, ante lo cual González Robles no tuvo mejor ocurrencia que la de intentar despejarlas remitiendo copia de un título expedido en 2014 por la Universidad Complutense, documento que muy pronto se comprobó que era completamente ful de Estambul. Descubierta esta circunstancia, el susodicho admitió que no había terminado la licenciatura, sin acertar a explicar como se había agenciado el título. Sin embargo, horas después dio marcha atrás, negó lo evidente y pretendió pasar como víctima de una campaña “carroñera” orquestada contra él por sus enemigos y los del PP.

Sin apenas trayectoria política, hasta el pasado verano González Robles era conocido en León por su doble faceta de manager musical y miembro del incombustible grupo “Mocedades”, que, 50 años después de su fundación, sigue sosteniendo la veterana Amaya Uranga. Sin embargo, ante la sorpresa general, el pasado mes de agosto fue nombrado número dos del PP leonés, en una decisión que vino impuesta desde la calle Génova. Su amigo Teodoro García Egea, el secretario general, le había promocionado como exponente de la renovación interna del partido en la provincia, que sigue presidiendo Juan Martínez Majo, nombrado delegado territorial de la Junta tras haber perdido la presidencia de la Diputación.

Una vez instalado el amigo frik en primera línea del partido, García Egea se ocupó de que el faso Licenciado en Derecho encabezara la candidatura al Congreso en las pasadas elecciones generales, desplazando al segundo puesto a la anterior diputada, Carmen González Guinda, que se ha quedado sin escaño. Como era de esperar, Egea no se ha dado por aludido -ni se espera que lo haga- ante el bochornoso comportamiento de su patrocinado.

El Topillo de Castilla y León