A dos meses de la asamblea nacional convocada tras el abandono de Albert Rivera, la sorda pugna de poder mantenida entre los dos sectores enfrentados en Ciudadanos de Castilla y León ha desatado abiertamente las hostilidades en el seno del partido en esta comunidad. El líder del sector critico, que no es otro que Francisco Igea, el vicepresidente de la Junta, dimitió ayer de su cargo orgánico de secretario de Programas del Comité Autonómico en respuesta al acuerdo de la gestora nacional de cubrir con personas alineadas en el sector oficialista las vacantes existentes tanto en la dirección regional como en las provinciales.

La designación de la leonesa Gemma Villarroel y de la vallisoletana Gema Olmos como secretarias autonómicas de Comunicación y Relaciones Institucionales, provocó ayer la fulminante dimisión “orgánica” de Igea, secundada inmediatamente por sus más afines -entre ellos, tres altos cargos de la Junta, la portavoz en las Cortes y otro procurador- que han renunciado igualmente a los cargos orgánicos del partido que desempeñaban en sus respectivas provincias. Además de la portavoz, la leonesa Ana Carlota Amigo, y del procurador palentino Juan Pablo Izquierdo, Igea ha arrastrado hacia la dimisión al vallisoletano José Miguel García, secretario general de la consejería de Transparencia, al viceconsejero de Empleo y Diálogo Social, el abulense David Martín, y al gerente del Sacyl, el ex procurador leonés Manuel Mitadiel.

El sector crítico que aglutina Igea ve tras esas designaciones de la gestora un “golpe de mano” del aparato inspirado por el secretario autonómico de Organización, el procurador vallisoletano Miguel Ángel González, número dos del organigrama regional del partido tras su portavoz autonómico, Luis Fuentes, presidente de las Cortes y cabeza visible del sector oficialista.

Las citadas dimisiones, a las que podrían añadirse en las próximas horas otras de de menor relieve, ha puesto al descubierto el cisma del partido en Castilla y León y en particular en el seno de su grupo parlamentario, claramente fracturado entre críticos y oficialistas. Al mismo tiempo, cobra cierta verosimilitud la posibilidad de que Igea se postule en la asamblea nacional como candidato alternativo a Inés Arrimadas, posibilidad que ha venido anunciando ante el escepticismo de los muchos que veían en ello un simple amago para forzar una negociación que evite su exclusión del nuevo aparato.

El Topillo de Castilla y León