Desescalada: A Mañueco le sale el tiro por la culata
¿Qué criterios ha ido siguiendo la Junta para isolicitar los cambios de fase a lo largo de la desescalada? De creer al vicepresidente Igea y a la consejera Casado -algo que a estas alturas requiere un inmenso ejercicio de credulidad- siempre han sido criterios estrictamente epidemiológicos.
La realidad es que solo fue así mientras el grueso de la comunidad permaneció en la fase cero. Pero dejó de serlo el día que Fernández Mañueco vio que con esos baremos iniciales no acabaríamos de desescalar ni en otoño y forzó, con criterios absolutamente políticos, el pase a la fase 1, obligando a la consejería de Sanidad a modificar a la baja los índices epidemiológicos aplicados hasta entonces.
Cumplidos los 14 días estipulados para cada fase, el pasado lunes Castilla y León pasó sin restricción de ningún tipo a la fase 2. El problema ha surgido cuando apenas un día después, en una nueva vuelta de tuerca política, se abre desde la Junta la expectativa de solicitar el salto a la fase 3 a partir del lunes 16, reduciendo de 14 a 7 días el periodo mínimo de referencia. Y aquí es donde Igea y Casado han vuelto a hacer mangas y capirotes con los criterios epidemiológicos.
Lo cierto es que basta consultar la propia web de la Junta para comprobar que a fecha de ayer dos de las nueve capitales de provincia, Salamanca y Soria, no cumplían los criterios epidemiológicos para saltar a la fase 3. Pero dejar descolgadas tan solo a dos provincias -una de ellas cuna del presidente de la Junta- conllevaba cierta dosis de estigmatización. ¿Cómo resolver el entuerto?
La chapuza ha consistido en hacer pasar como criterio “epidemiológico” lo que solo es un factor meramente geográfico: la proximidad a Madrid. La realidad es que las dos provincias más próximas, Ávila y Segovia, estaban en las mismas condiciones que las cinco que pasarán el lunes a la fase 3, habiéndose visto sacrificadas en aras de la coartada geográfica utilizada por la consejería.
Las patronales de las cuatro provincias rezagadas han puesto el grito en el cielo pidiendo explicaciones a la Junta, que dicho de paso no ha explicitado públicamente los índices epidemiológicos utilizados para realizar la criba. Mañueco quería apuntarse un tanto acelerando la desescalada y lo que ha conseguido es cabrear a media comunidad. O lo que es lo mismo, le ha salido el tiro por la culata.
El Topillo de Castilla y León
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