Algo tan viejuno y rancio como recurrir al socorrido “y tú más”. Eso es lo que hizo ayer ante el pleno de las Cortes el vicepresidente de la Junta, el inevitable Igea (Paco, incluso Curro, para los amigos) para defenderse de las acusaciones de enchufismo y clientelismo que viene practicando el gobierno autonómico en general y él muy en particular.

La feliz pareja del presidente “Fonsi” Mañueco contraatacó sacando a colocación el tropel de nombramientos a dedo, que cifró en 300, realizados por el gobierno central en empresas públicas estatales, citando, entre otros, a un viejo conocido de esta comunidad, Óscar López, presidente de Paradores de España. ¿Acaso justifica el abuso de otros que tú perpetres esas mismas prácticas cuando te habías comprometido a erradicarlas? Para Igea parece que sí. Y en su contraofensiva el inevitable tiró de su particular sentido del humor y, a propósito del elevado número de miembros del gobierno Sánchez, 24, afirmó “que no es que no se puedan guardar las distancias para evitar contagio de enfermedades respiratorias, es que hasta las venéreas pueden tener su problema”.

Al vicepresidente y portavoz del anterior gobierno de la comunidad, José Antonio “El Pica” de Santiago-Juárez, nunca se le hubiera ocurrido utilizar en el actual contexto el símil de las enfermedades venéreas. No porque no fuera capaz de boutades como esa e incluso de mayor calibre, sino porque, como psiquiatra de formación, ha estudiado las teorías de Sigmund Freud. Y sabría que en medio del apasionado idilio político que viven Fonsi y Curro, no resulta lo más apropiado aludir a ese tipo de patologías.

Al mismo tiempo, pese a que días atrás se había desvinculado del polémico nombramiento de la ex diputada Soraya Mayo para un cargo en el ITACYL, el inevitable lamentó ayer en las Cortes que la susodicha “no aceptara ninguno de los tres ofrecimientos que le hicimos en la consejería de Empleo”. Es decir, que si por él hubiera sido, la ex presidenta de ATA no estaría en un organismo dependiente de Agricultura, sino en la consejería de la amiga Ana Carlota, de cuyo equipo forma parte José Antonio Bartolomé, otro ex diputado al que le voló el escaño en la debacle de Ciudadanos en las últimas elecciones generales. La revelación, absolutamente innecesaria, prueba hasta qué punto ha decidido quitarse la careta el número dos de la Junta, al que, con tal de seguir disfrutando del momio, ya le da igual ocho que ochenta.

El Topillo de Castilla y León