Desgraciadamente, son numerosos los casos de adicciones entre la población, principalmente debido a que existen infinidad de sustancias que pueden acabar en la dificultad de dejar por completo el consumo de estas. Lo mismo sucede con las adicciones conductuales que pueden aparecer por diversos motivos, como por ejemplo la baja autoestima, el estrés, la impulsividad o estímulos desagradables como un estado de ánimo inestable o depresivo.
Estas barreras pueden ser derribadas por completo si contactamos con profesionales de un centro de desintoxicación que cuente con las suficientes instalaciones para responder a las demandas de los usuarios, como Reinservida, en el que los casos de éxito se han multiplicado, gracias a la gran trayectoria profesional de sus especialistas que siguen un tratamiento personalizado para cada paciente.
¿Qué son las adicciones conductuales?
En 2013, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V) introdujo una nueva categoría de adicciones que estaba completamente relacionada con comportamientos en lugar de las sustancias. Esto también plantea otras preguntas, como: ¿cómo estas adicciones reflejan la adicción a las drogas?, si es que lo hacen; y ¿cuál es la mejor manera de brindar tratamiento contra este tipo de adicciones a quienes necesitan ayuda?
La adicción conductual se refiere a que una persona se vuelve adicta a ciertas actividades, entre las que se incluyen las compras, videojuegos, sexo, ejercicio, juegos de azar y comida. Todavía existe un gran debate sobre si las adicciones conductuales deben clasificarse o no como adicciones “reales”, pero hay evidencia que muestra que estas actividades se parecen mucho a las de los adictos a las drogas y los alcohólicos.
Opciones para el tratamiento de la adicción al comportamiento
Las personas que sufren de adicciones del comportamiento pueden sentir que sus opciones de tratamiento son limitadas. Esto puede ser cierto hasta un punto. Algunas asociaciones de desintoxicación no saben cómo abordar adecuadamente estos problemas, por lo que es importante que elegir un centro que comprenda cómo proceder en los diferentes casos. En este sentido, y tal y como relata este artículo del diario Bahía de Cádiz, el centro de tratamiento de adicciones Reinservida ha logrado posicionarse como uno de los mejores a la hora de tratar a pacientes con todo tipo de adicciones.
Similitudes entre la adicción a sustancias y la adicción al comportamiento
La adicción es una enfermedad delicada. Se caracteriza por un patrón de comportamiento que puede no tener sentido lógicamente. Por ejemplo, un adicto seguirá consumiendo una sustancia o seguir un comportamiento aunque experimente consecuencias negativas. Una vez que la adicción se afianza, los estudios muestran que existe un patrón continuo de comportamiento de búsqueda de drogas o comportamiento, independientemente de su impacto negativo en aspectos importantes de la vida como las relaciones, la economía, la salud y la autoestima.
Ya sea una adicción a una sustancia o una actividad, los estudios han demostrado que ambos comparten cambios similares en la vía neural del sistema de recompensa en el cerebro. Una oleada de placer cuando se libera la dopamina llena al adicto, ya sea por el uso de opioides, el sexo o el ejercicio. Cuando el uso o la actividad de las drogas se convierten en adicción, la persona se centrará en perseguir aún más esas recompensas al participar en las mismas actividades una y otra vez. Es en este punto cuando las familias se destruyen, las consecuencias comienzan a acumularse y algunos adictos comienzan a buscar una salida.
Diferencias entre las adicciones químicas y las adicciones conducturales
Las adicciones conductuales no siempre pueden tratarse utilizando el enfoque basado en la abstinencia que prefieren los consejeros de drogas y alcohol modelo de enfermedad. Por ejemplo, un comedor compulsivo no puede evitar por completo la comida, un adicto a las compras no puede dejar de comprar artículos de primera necesidad y un adicto al sexo o amor no puede evitar todas las relaciones personales. En estos casos, la persona debe aprender a practicar la moderación de forma saludable.
Además, los adictos al comportamiento no se vuelven físicamente dependientes de la droga que eligen. Esto les facilita ocultar sus adicciones porque no tienen síntomas físicos de abstinencia. Sin embargo, el coste emocional puede ser igual de alto y, en el caso de los trastornos alimentarios, el daño al cuerpo también.
La adicción como recompensa
Para el cerebro, la adicción es adicción. Tanto las sustancias químicas adictivas como las conductas adictivas activan la vía de recompensa en el cerebro. Está diseñado para promover la alimentación, el ejercicio y la procreación, actividades necesarias para la supervivencia. De hecho, el sistema de recompensa existe para que pueda reforzar los comportamientos. El problema es que no distingue entre saludables y no saludables.