El santo temor al déficit
"Es muy interesante reparar en cómo Echegaray, con cierto sentido del humor pero con mucha intención, nos propone sustituir «el santo temor» por «el patriótico temor» al déficit".
Don José de Echegaray (1832-1916) fue el primer Premio Nobel español. En 1904 lo fue de Literatura. Es verdad que sus obras de teatro no han resistido bien el paso del tiempo, como también es verdad que los entonces jóvenes brillantes de la Generación del 98 (ValleInclán, Baroja o Azorín) le hicieron el blanco de sus críticas y buscaron la manera de desprestigiarle. Es famosa la anécdota de Valle-Inclán que decía que había mandado una carta a la calle Echegaray poniendo en el sobre «calle del viejo idiota» y el cartero la había llevado a su destino sin dudar.
Y es una pena que las críticas de los del 98 a la literatura de Echegaray hayan oscurecido otros aspectos de su personalidad y de su biografía que son bastante interesantes. Porque, además de autor dramático, Echegaray fue un brillante Ingeniero de Caminos, fue el mejor matemático español del siglo XIX y fue un inteligente y comprometido político liberal, que tuvo un importante protagonismo en muchos episodios fundamentales de la historia de su tiempo. Entre otros cargos relevantes fue en varias ocasiones ministro, de Fomento y de Hacienda.
Como ministro de Hacienda nos ha dejado una frase llena de buen sentido que todos los políticos deberíamos tener siempre presente: «Para el creyente, la salvación está en el santo temor de Dios; para todo ministro de Hacienda, para los Gobiernos, para el país, la salvación está en el santo temor al déficit. Y si no queréis hacerlo santo, decid en el patriótico temor al déficit».
Y es que el déficit acaba siempre convertido en deuda. Y las deudas hay que pagarlas. Que tenemos que pagar los que nos endeudamos y, lo que es peor, que tendrán que pagar nuestros hijos o nuestros nietos. Es decir, el déficit de hoy puede ser la ruina de varias generaciones posteriores.
De ahí la prevención de Echegaray y de todos los políticos sensatos hacia el déficit. Y no olvidemos que el déficit no es otra cosa que gastar más de lo que se ingresa. Y de ahí, la irresponsabilidad de los que creen que de la crisis actual se puede salir a base de endeudarse más. Ésta es una crisis de deuda y, como tal, no puede arreglarse con más deuda.
La experiencia de perder el miedo al déficit ya la hemos hecho en España con los socialistas de Zapatero y estamos sufriendo sus consecuencias. Hay que recordar que el gobierno socialista llegó a cerrar el año 2007 con un superávit del 2,23% sobre el PIB, algo de lo que Zapatero se mostraba satisfecho, y con razón. Sin embargo, cuando la crisis se desató, lo único que se le ocurrió fue recurrir a endeudarse. Así, en 2009 el déficit llegó a un escandaloso 11,1%, para, incluso después de las medidas que le obligaron a tomar las instancias internacionales en mayo de 2010, cerrar 2011 con un déficit del 8,97%, que fue la tremenda herencia que dejó al gobierno del Partido Popular.
Así que mucho ojo con las recetas socialistas de recurrir a la deuda para intentar solucionar las crisis económicas. Es mucho más sensato y patriótico hacer caso al viejo Echegaray y mantener siempre ese santo temor al déficit.
Es muy interesante reparar en cómo Echegaray, con cierto sentido del humor pero con mucha intención, nos propone sustituir «el santo temor» por «el patriótico temor» al déficit. Por un lado, evita así meterse en cuestiones teológicas porque quién es él para dictaminar qué es santo y qué no lo es. Y por otro lado nos obliga a pensar en el sentido patriótico que tiene el no caer en el déficit. El patriotismo tiene que ver con el compromiso que todos tenemos con nuestra Patria. Y la Patria no es algo abstracto, la patria son todos los que comparten con nosotros una Historia, una cultura, una lengua y un proyecto común. Son los que comparten todo eso en el momento presente. Pero también los que lo han compartido en el pasado y los que van a compartirlo en el futuro.
En ese sentido, dejar una deuda que hipoteque el bienestar de las generaciones futuras es profundamente antipatriótico.
Por eso todas las decisiones de política económica que ahora se tomen deberían tener en cuenta, como nos dice Echegaray, ese deber patriótico de no endeudar a los que vienen detrás de nosotros. Aunque eso nos obligue hoy a apretarnos un poco más el cinturón.
esperanzaaguirre.com
Segovia al día no se hace responsable de las opiniones de nuestros colaboradores.





Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.27