El diario “El País” ha publicado este viernes la lista de usuarios del Grupo 45, la unidad militar del Ejército del Aire que gestiona la flota de aviones oficiales utilizados por las autoridades españolas para sus desplazamientos al extranjero. Por razón de sus públicos, las dos castellano-leonesas que más han viajado a bordo de dichos aviones son, con mucha diferencia, la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría y su inseparable directora de Gabinete (ojo, con rango de secretaria de Estado), la burgalesa María González Pico.

Pero lo más llamativo de dicha información es el presunto desplazamiento a Roma de la ex subdelegada del Gobierno en Zamora y actual senadora Clara San Damián, quien habría acompañado al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, al acto de toma de posesión como cardenal del arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ceremonia celebrada en el Vaticano el 19 de noviembre de 2016. Según “El País”, tanto el ministro de Justicia, Rafael Catalá, como el mencionado Ayllón “acudieron con sus cónyuges” a dicha toma de posesión, que estuvo precedida de una cena oficial en la embajada española.

El asunto es que es de dominio público que el citado secretario de Estado, divorciado desde 2008, mantiene desde hace ya varios años una relación sentimental estable con la senadora zamorana, sin que se tenga noticia de que ambos hayan contraído matrimonio. De hecho, a tenor de los datos sobre su estado civil incluidos en las páginas web del Senado y el Congreso (Ayllón es diputado por Barcelona), ella sigue soltera y el continúa divorciado.

Así pues, de haber acompañado a Ayllón en dicho viaje oficial a Roma y el Vaticano, San Damián lo habría hecho en condición de novia del alto cargo del ministerio de la Presidencia. No sería la primera vez que esta senadora, que sigue compatibilizando su escaño con la portavocía del grupo popular en el ayuntamiento de Zamora, se beneficia de sus privilegiadas relaciones políticas. Tras las elecciones municipales de 2015, su nombramiento como coordinadora regional de la unidad de violencia contra la mujer adscrita a la Delegación del Gobierno, dio mucho que hablar, entre otras cosas porque ejerció dicho cargo desde un despacho en la Subdelegación de Zamora, pudiendo así compatibilizar esa función con su labor municipal de oposición en el ayuntamiento zamorano.