“Pedro, quédanoslo muy claro, que tenemos que saber explicarlo bien”. En ese castizo pucelano (que tan en entredicho pone que en Valladolid se hable el mejor castellano del mundo) se dirigió al líder socialista la secretaria provincial del partido, Teresa López, a la sazón portavoz del PSOE en la Diputación vallisoletana y alcaldesa socialista de Medina del Campo. “En el pleno dicen que soy muy malona porque retiro mucho la palabra a oposición”, añadió a modo de advertencia a los asistentes que pensaran solicitar la palabra, a los que se concedía un máximo de un minuto cuya cuenta atrás podía observarse a través de las pantallas instaladas en la sala.

La verdad es que luego López no fue tan estricta como con los concejales medinenses, permitiendo que muchos de los intervinientes rebasaran el minuto, incluido uno que se mostró sumamente crítico con la renuncia del alcalde Óscar Puente y de su equipo de gobierno al soterramiento del tren en Valladolid. Puente, que en cuanto pudo contestó puntualmente dicha crítica, había sido, en su condición de anfitrión, el encargado de abrir un acto en el que también tuvo su minuto de gloria el secretario autonómico del partido, Luis Tudanca.

La convocatoria congregó a varios centenares de afiliados y simpatizantes que abarrotaron el recinto elegido para el acto, la segunda “asamblea abierta” sobre las pensiones celebrada por Sánchez en Castilla y León. Con excepción de los oradores citados, sentados junto al secretario general, el protocolo no contemplaba reserva de silla para los cargos públicos del partido.

Así, mientras los procuradores socialistas por Valladolid se sentaron cada uno por su lado, lo mismo que la eurodiputada Iratxe García, la diputada del Congreso y connotada susanista Soraya Rodriguez siguió el acto de pie, acompañada de la ex senadora y ex concejala socialista Cristina Agudo. Y deambulando de un lado para otro podía verse al ex alcalde Tomás Rodríguez Bolaños. Otros insignes de la vieja guardia igualmente poco entusiastas de Sánchez, tal que Jesús Quijano, tendrían mejor cosa que hacer y no se acercaron por allí.

El topillo de Castilla y León