Aunque son muy pocos los que se han pronunciado públicamente al respecto, la polémica desatada alrededor del chalet adquirido por Pablo Iglesias e Irene Montero, así como la convocatoria de una consulta interna con la que ambos dirigentes se someten a una suerte de moción de confianza, ha agitado también las aguas de Podemos en Castilla y León.

Mientras la corriente oficialista, mayoritaria en la comunidad, se ha sumado, no sin cierta resignación, al cierre de filas con Iglesias y Montero, los anticapitalistas y una parte del errejonismo no tragan ni con la inversión inmobiliaria en Galapagar ni con el “plebiscito” con el que se pretende zanjar la controversia.

El secretario autonómico y portavoz parlamentario en las Cortes, Pablo Fernández, expresó ayer su pleno respaldo a la pareja dirigente, admitiendo que pueden haber incurrido en una contradicción, pero en ningún caso en una incoherencia. Según particular disquisición de Fernández, ”las contradicciones pueden darse dentro de la coherencia y no hay discurso mas coherente que el que mantienen Pablo Iglesias e Irene Montero”. “Es el discurso del 15-M -añadió- que yo comparto al cien por cien, orgulloso de compartirlo con dos personas ejemplares”. El secretario autonómico de Podemos estima procedente la consulta convocada, en la que ni decir tiene que votará a favor de la continuidad de ambos dirigentes.

En sentido muy diferente se ha manifestado el concejal del ayuntamiento de Burgos Raúl Salinero, quien se ha referido a la polémica como “una cuestión muy grave” que está generando “dudas ideológicas” entre los inscritos en la formación y “creando efectos desmovilizadores en los votantes de Podemos”. Salinero, próximo al errejonismo, confiesa que se encuentra más cerca de las críticas vertidas por “Kichi”, el anticapitalista alcalde de Cádiz, que de las justificaciones realizadas por Pablo Iglesias, sin concretar si participará o no en la consulta.

En la anterior consulta interna convocada por Podemos, referente a la participación del partido en las próximas elecciones municipales, votaron en Castilla y León un total de 4.012 inscritos, más del 90 por ciento de los cuales respaldaron la concurrencia a dichos comicios.

El Topillo de Castilla y León