Ha vuelto a ocurrir. El consejero de Educación, el independiente Fernando Rey, catedrático de Derecho Constitucional y ocasional articulista del diario “El País”, se ha separado otra vez del rebaño, tratando de no verse salpicado por el infecto lodazal en el que se ha convertido el aprisco popular. “Si esto ocurriera en cualquier país de nuestro entorno democrático, con usos y tradiciones democráticas, yo me pregunto, como constitucionalista, si sería posible mantener un gobierno así”, dijo ayer en declaraciones a la emisora Onda Cero.

Una pregunta retórica con respuesta implícita, después de afirmar previamente que, tras la sentencia del caso Gürtel, el gobierno de Mariano Rajoy “si no desacreditado, ha sufrido un impacto muy fuerte en su credibilidad”. Y por si aun quedaba alguna duda, Rey se ha pronunciaba expresamente a favor de la convocar nuevas elecciones generales. “Estamos en un pantano bajo la niebla”, dice para definir la situación.

Tras el caso de Cristina Cifuentes, en menos de un mes y medio es la segunda vez que Rey se desmarca, no ya de la línea oficial del PP que encarna en Castilla y León el presidente autonómico del partido, Alfonso Fernández Mañueco, sino del propio gobierno “zombi” de Juan Vicente Herrera, quien, aunque a buen seguro comparte la opinión del consejero, ni harto de Viña Pedrosa tendría el valor de expresarla. Herrera, quien casi se rompe las manos aplaudiendo a Cifuentes en Sevilla, ha salido tras la sentencia de la Gürtel escandalizándose con sus conocidos golpes de pecho ante la corrupción, olvidándose de que los tentáculos de la trama llegaron a un gobierno por él presidido.

De ese pequeño detalle se olvida también Rey, quien sintiendo tanto “bochorno, vergüenza e indignación” como asegura que le ha producido la sentencia, lo consecuente sería que huyera despavorido de un gobierno del PP y apoyado -de momento sin fisuras- por el grupo parlamentario del PP. Por lo demás, el desmarque de Rey contrasta con el espeso silencio mantenido sobre la sentencia por el otro verso suelto del gobierno zombi, el consejero de Fomento y juez en excedencia, Juan Carlos Suárez-Quiñones. La diferencia es que mientras Rey da por completamente amortizada su aventura política, el último escenario que contempla “Pañuelitos” es el de tener que verse obligado a volver a la Judicatura.

El Topillo de Castilla y León