Sin proponérselo -su único objetivo era que el fango de la corrupción del PP no salpicara su reputación personal y profesional- las traídas y llevadas declaraciones del consejero de Educación, Fernando Rey, ha arrojado una gruesa piedra a las estancadas aguas internas del PP de Castilla y León, removiendo el problema de la bicefalia que comparten, ambos muy a su pesar, Juan Vicente Herrera y Alfonso Fernández Mañueco.

Si ayer sostenía “El topillo” que el silencio de Herrera abonaba la sospecha sobre su implícito acuerdo con las opiniones de Rey sobre la pérdida de credibilidad de Mariano Rajoy, las declaraciones con las que ha roto dicho silencio no han hecho otra cosa que abundar en esa sospecha. Al contrario que Fernández Mañueco, el presidente de la Junta no solo no ha discrepado de lo afirmado por el consejero de Educación, sino que, entre líneas, ha dado a entender que las comparte total o parcialmente.

Herrera podía haberse puesto de perfil, limitándose a invocar el consabido derecho a la libertad de expresión y opinión de un miembro de su gobierno que además es independiente. Pero, lejos de limitarse a eso, ha deslizado un par de consideraciones que delatan su identificación con las declaraciones de Rey. Primero, al formular una hipótesis que admite expresamente la posibilidad de que comparta “parte o la totalidad” de las palabras de Rey. Y segundo, al señalar que las opiniones del consejero, cualesquiera que sean, “siempre serán unas opiniones fundadas por venir de quien vienen”.

En resumen, lejos de manifestar ningún tipo de discrepancia con las declaraciones de su consejero, el presidente de la Junta apenas se ha molestado en disimular que las comparte. Una actitud que el entorno de Fernández Mañueco no duda en considerar, obviamente “sotto voce” como “desleal con Rajoy y con el PP”, con el agravante de que se produce justo en el momento más delicado de la historia del partido.

“Lo grave no es que un consejero de la Junta, por independiente que sea, se desmarque de esa forma de las posiciones del partido”, señalaba ayer a “El topillo” un destacado miembro de la cúpula del PP de Castilla y León. “Lo verdaderamente grave -añadía- es que a continuación salga el presidente de la Junta poniendo paños calientes y dejando caer que está de acuerdo con él”.

Toda una turbulencia que ha sacudido abruptamente la calma chica con que se conducía la bicefalia en el PP de la comunidad.

El Topillo de Castilla y León