
El "dedazo" de Casado deja en ridículo a los presidentes del PP de Ávila y Segovia
“Los asistentes a la convención de Palencia se enteraron allí mismo de que el candidato por Segovia finalmente no iba a ser Sanz Marino sino Pérez Coronado”.
Se sabía que el sistema de designación de los candidatos del PP a las alcaldías constituía un gran paripé de acuerdo con el cual los comités electorales provinciales hacen el papelón de proponer los nombres previamente indicados desde Génova, ya que, si osan tener criterio propio, pueden encontrarse con que sus propuestas sean enviadas a la papelera y cambiadas por el comité electoral nacional, que a su vez se limita a cumplir a rajatabla las consignas de la cúpula genovita. Pero hasta ahora al menos se guardaban las formas.
Lo ocurrido este sábado en la convención celebrada por el PP de Castilla y León para presentar a los “alcaldables” del partido en las nueve capitales de provincia no tenía precedentes. No es que el presidente nacional se hubiera hecho valer en el “casting” previo, como señalaba el viernes “El topillo”. Es que entre la noche del viernes y la misma mañana del sábado, sin mediar reunión alguna del comité electoral nacional, Casado, reunido consigo mismo, decidió designar por la vía del “dedazo” personal a los candidatos por Ávila y Segovia, que no habían sido propuestos por los respectivos comités provinciales del PP.
Tras un tenso pulso mantenido con Génova, en la tarde del viernes el comité de Segovia se reunió para proponer como candidato a José Luis Sanz Merino, supuestamente consensuado con la dirección nacional para zanjar el conflicto existente entre los nombres preferidos por ambas partes, José Mazarías y Pablo Pérez Coronado, respectivamente. Y así lo anunció directamente la presidenta provincial del PP, Paloma Sanz Jerónimo.
Pues bien, los asistentes a la convención de Palencia se enteraron allí mismo de que el candidato por Segovia finalmente no iba a ser Sanz Marino sino Pérez Coronado, sencillamente porque así lo había decidido el dedo de Casado. El ridículo de la presidenta del PP segoviano y por extensión de su mentor y antecesor, el actual secretario autonómico, Francisco Vázquez, ha sido de campeonato. Y, por elevación, el presidente, Alfonso Fernández Mañueco, tampoco queda en el mejor lugar.
Y no era esa la única sorpresa que guardaba el presidente nacional para la accidentada convención de Palencia. Minutos antes de su inicio, el presidente de la Diputación abulense, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, que era el nombre que venía sonando, comunicó por Twitter y Facebook que él no sería el candidato, descarte que se producía sin que el comité electoral provincial hubiera llegado a reunirse para abordar la candidatura. Pero este pequeño detalle no fue óbice ni cortapisa para que Casado desplegara el “dedazo” para designar candidata a Sonsoles Sánchez-Reyes, quien ni siguiera había aparecido en las quinielas previas. Otro ridículo monumental, en este del presidente del PP abulense, Carlos García González, quien había sacrificado la opción del actual alcalde, Juan Luis Rivas, para promover la de Sánchez Cabrera, sin duda con el evidente propósito de heredarle en la Diputación, de la que es vicepresidente.
Ni su admirado padrino José María Aznar actuaba en sus peores tiempos con semejante cesarismo. A la vista de lo cual, qué no nos quedará por ver…
El Topillo de Castilla y León
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