
La miopía está creciendo a gran velocidad en todo el mundo, se le ha puesto el apellido de ‘epidemia del siglo XXI’.
El Dr. Ramón Gutiérrez, experto cirujano e investigador en el tratamiento de la miopía infantil y Director medico Clínica Oftalmológica Novovisión, habla sobre el primer panel genético que determina el riesgo que tiene cada niño de llegar a ser miope.
En los últimos seis años el equipo de investigadores de la Clínica Oftalmológica Novovisión ha aportado la máxima contribución científica con más de 30 publicaciones científicas internacionales para la prevención de la miopía en los niños.
Dentro de las contribuciones del equipo médico de Novovisión se destaca que ha desarrollado el primer panel genético que permite determinar el riesgo que tiene cada niño de llegar a ser miope. Una prueba que se realiza con una gota de saliva y muestra las probabilidades de que ese niño llegue a ser más o menos miope.
El resultado de este test genético se suma a la velocidad de crecimiento del globo ocular, a datos de los padres y a otros parámetros de acomodación y paralelismo entre ambos ojos. Con estos datos el equipo de Novovisión llega a predecir con una especificidad superior al 80%.
“La miopía está creciendo a gran velocidad en todo el mundo. En Europa más del 30% de los niños son miopes y lo serán el 50% en los próximos 30 años. En algunas zonas de Asia el 96% de los niños son ya miopes. Son datos tremendos porque no sólo aumenta el número de niños que son miopes, lo peor es que aumenta el número de dioptrías que desarrolla cada niño. El porcentaje de niños con más de 5 dioptrías está aumentando por cuatro y estos serán adultos con multitud de patologías visuales”.
“Un niño miope será un adulto con problemas visuales que pueden llegar a la ceguera. Este riesgo es tanto mayor cuantas más dioptrías haya desarrollado en la infancia. Por eso es fundamental que los padres se conciencien y pongan a sus hijos en manos de algún oftalmólogo experto en estos nuevos tratamientos para detener la miopía y que lo hagan a tiempo, pues una vez que las dioptrías han dejado de crecer ya no tienen sentido estos tratamientos”.
Es clave determinar el riesgo que tiene cada niño de ser miope y en función del resultado aplicar el tratamiento más apropiado que detenga las dioptrías. Señalar que los hábitos del niño son un factor importante, hay que personalizar cada caso en función de su riesgo, pero en líneas generales los niños deberían estar en la calle más de dos horas al día.
La Unidad Infantil de Oftalmología de la Clínica Oftalmológica Novovisión recomienda que el primer chequeo a los niños por el oftalmólogo, se realice a los tres años de edad , aunque ya cada vez más son los padres que están interesados en solicitar el test genético para determinar el riesgo que tiene cada niño de llegar a ser miope en los primeros años de vida.
Imagen: Dr. Ramón Gutiérrez
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