El mismo día en el que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y el líder del PSOE y jefe de la oposición en la comunidad, Luis Tudanca, mantenían un encuentro exquisitamente cordial, el vicepresidente Francisco Igea y el alcalde socialista de Valladolid, Óscar Puente, protagonizaban su enésima enganchada pública, esta vez con consecuencias institucionales, ya que suponía la suspensión de una reunión concertada entre ambas administraciones para una mejor financiación de la SEMINCI.

Igea y Puente llevaban meses enzarzados en todo tipo de polémicas, intercambiando sobre los más diversos asuntos toda suerte de ataques más o menos irónicos o sarcásticos, especialmente a través de sus respectivas cuentas en Twitter, red de la que ambos son adictos. Lejos del talento para el insulto mostrado en su día por políticos como Alfonso Guerra, su ingenio para la polémica parecía haber tocado fondo cuando el alcalde llamo al vicepresidente “feo” y éste tildó a aquel de “bufón”.

Esa escalada verbal explica sin duda el incidente ocurrido ayer cuando el alcalde Puente, que había concertado una entrevista con el consejero de Cultura, Javier Ortega, anunció que no acudiría a la cita al enterarse que al encuentro se había apuntado por su cuenta el vicepresidente Igea. Puente consideró una falta de educación que el vicepresidente pretendiera asistir a una reunión en la que a su juicio “no pintaba nada”. “Salvo que quiera tutelarle (a Ortega) porque considere que el consejero de Cultura no tiene autoridad o capacidad para dialogar con el alcalde”, añadió, amén de referirse a Igea de “liante e inmaduro” y de acusarle de “montar un numerito”.

Por su parte, el vicepresidente estuvo a la altura demandada. “Como un chulo de bar”, señaló para calificar la actitud del alcalde vallisoletano, al que atribuyó una falta de respeto institucional. “Nadie va a marcar el protocolo de la Junta de Castilla y León desde fuera. Si yo voy a su casa, él marca el protocolo; si el viene a la mía, somos nosotros quienes lo marcamos”, argumentó.

A todo esto asegura el alcalde que no tiene ningún inconveniente en celebrar cualquier otra reunión con el vicepresidente si éste está interesado en ello. En fin, ya se sabe lo que ocurre cuando se juntan el hambre y las ganas de comer…

El Topillo de Castilla y León