Varios ayuntamientos y asociaciones de la provincia de Segovia han convocado concentraciones en la jornada del viernes bajo distintos lemas que aluden a los problemas de la despoblación.
Bajo el lema de ‘Yo paro por mi pueblo’, más de 3.800 pueblos de 23 provincias estaban llamados este viernes a secundar cinco minutos de paro y concentraciones silenciosas para reivindicar una acción política que luche contra la despoblación en España.
Las 121 plataformas de la denominada ‘España Vaciada’ han sido las impulsoras de la iniciativa.
El paro se ha realizado sobre todo en organismos oficiales y centros públicos, dado que multitud de ayuntamientos e instituciones se han adherido al manifiesto.
El problema de la despoblación se acentuó desde los años ochenta con unas medidas marcadas por los gobiernos socialistas que propiciaron la desindustrialización y la baja natalidad. De esta forma, España pasó de tener un sector industrial con un peso del 33 % sobre el PIB a un escaso 12,6 % actual.
Ya en 1985, el vicepresidente del gobierno socialista, Alfonso Guerra, declaraba que, en España, más de la mitad de la población tendría que vivir en cinco grandes ciudades y en la costa mediterránea en menos de tres décadas.
Con la firma del Acta de adhesión a las Comunidades Europeas en 1985, España entraba en la Comunidad Económica Europea en unas condiciones desfavorables respecto al acuerdo con la Comunidad firmado por el ministro Gregorio López Bravo en 1970.
El Acuerdo Económico Preferencial entre España y la CEE había sido preparado sobre todo por Alberto Ullastres, representante de España ante las Comunidades Europeas. Ullastres fue el principal artífice del Plan Nacional de Estabilización Económica de 1959 que hizo posible el llamado ‘milagro español’.
El acuerdo hizo que España pasase a ser país asociado a la CEE con trato preferencial en comercio, la Comunidad redujo un 30 por ciento los aranceles a la casi totalidad de los productos españoles, salvo para algunos, con un 10 por ciento. Además, los productos españoles entraban en la Comunidad Económica Europea libres de todo obstáculo contingentario y se obtenían reducciones de ciertos productos agrícolas.
Gracias a ese acuerdo, logrado por Ullastres, se rompió el aislamiento del franquismo en Europa. A partir de 1959, al abandonar el gobierno las medidas proteccionistas y paternalistas marcadas por el sindicato vertical, España se convirtió en el décimo país por PIB nominal en 1975. En 2018, España estaba en el decimocuarto puesto.
Tomando la localidad de Cuéllar como ejemplo, en 1980 rondaba los 9.000 habitantes. En 2018 tenía 9.584 vecinos empadronados.
Si tomamos como referencia a la villa de Ayllón, al comenzar la década de los 80 tenía 1.497 vecinos. En 2018 eran 1.203 los censados. Riaza contaba con 1.434 habitantes en 1980. Ahora tiene 2.099, pero localidades cercanas han ido perdiendo población.
Por su parte, la ciudad de Segovia al comenzar la década de los 80 contaba con 53.237 vecinos. En 2018 tenía 51.683 personas censadas.
Carbonero el Mayor en 1980 contaba con 2.463 vecinos. Hoy cuenta con 2.529 personas censadas. La ciudad de Cantalejo, en 1980, tenía a 3.555 personas censadas. Hoy tiene 3.543.
Hay municipios en la provincia que rompen la norma de pérdida de población respecto al comienzo de la década de los ochenta. El Espinar es un ejemplo. En 1980 rondaba los 4.843 habitantes. Ahora tiene 9.000. Palazuelos de Eresma es otro. En 1980 tenía 1.292 vecinos censados, ahora tiene 5.308.
Otras localidades emblemáticas de la provincia, como la villa de Sepúlveda, ofrecen datos alarmantes. En 1980 contaba con 1.590 vecinos. Ahora tiene poco más de 1.000. Pedraza de la Sierra tenía censados 481 habitantes en 1980. Ahora tiene 359.
En Coca tampoco ha crecido la población. En 1980 contaba con 2.127 vecinos. En 2018 eran 1.774. La vecina Nava de la Asunción aumenta en la comparativa. En 1980 eran 2.564 los vecinos de Nava. Ahora son 2.790.
Pueblos como Hontalbilla han perdido a la mitad de su población en casi cuatro décadas. En 1980 tenía 619 censados, ahora tiene 308. Olombrada es otro caso similar. Pasa de 1.055 en 1980 a 561 en 2018.
Para valorar la evolución de la población hemos de tener en cuenta el aluvión de inmigración que ha recibido todo el territorio nacional desde la entrada del siglo XXI. Han sido millones los extranjeros que han llegado a España y millones los que han sido nacionalizados como españoles.
Sin la inmigración, las cifras de la despoblación serían más acusadas. También las de la natalidad. Son los españoles de origen los que menos hijos tienen en comparación con los españoles que nacen de padres extranjeros o que han adquirido la nacionalidad española.
La deuda pública sobre porcentaje de PIB ha crecido de una forma descomunal desde el comienzo de la crisis económica negada por el gobierno en 2008. Desde el año 2007 la deuda pública ha pasado del 35,80 % al 98,90 %. Y continúa subiendo.
España, desde 1980, ha destruido más de la mitad de su sector industrial (que fija población), se ha convertido en una economía de servicios con baja productividad y ha multiplicado por cuatro el número de funcionarios en plena Era Digital. Todo ello en un mundo que se encamina a la Era Robótica en muy pocos años.
Imagen y vídeo de la concentración de Cuéllar | Daniel Martín de Blas
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