El desplome de Ciudadanos pronosticado por todos los sondeos ha desatado el efecto Paulov tanto en el PP como en el PSOE de Castilla y León, que han segregado sus jugos gástricos ante el suculento banquete que supone los ocho diputados obtenidos por el partido naranja el pasado mes de abril en esta comunidad autónoma.

En ese objetivo se enmarca la incursión realizada ayer por Pedro Sánchez, que comenzó de mañana en Segovia, siguió a mediodía por Salamanca y concluyó la tarde-noche con un mitin en Zamora. En Segovia y Zamora, donde se eligen únicamente tres diputados, la fuerza más votada es la que a priori tiene la opción de arrebatar el escaño a Ciudadanos, siempre y cuando duplique en votos a la tercera, posición hasta la que podría escalar Vox, que en ese caso podría heredar el escaño en liza.

En estas dos provincias, Segovia y Zamora, los socialistas se impusieron por un apretado margen sobre los populares, tan apretado que empataron a número de senadores (dos para cada partido) en ambas circunscripciones. En Salamanca, el primer bastión popular, el PP no tiene margen de crecimiento, puesto que ya obtuvo en abril dos de los cuatro diputados. El PSOE es el principal aspirante a hacerse con un segundo escaño, pero para ello necesita doblar en votos tanto a Ciudadanos como a Vox.

En Segovia, Sánchez se mostró sorprendido por las declaraciones del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, favorables a posponer la exhumación de Franco hasta después de las elecciones del 10-N por considerarla en estos momentos “electoralista”. “Cómo es posible -se preguntó- que una gran victoria de la democracia como la exhumación y el fin del mausoleo al dictador, algunos la sufran en la izquierda como si fuera una derrota”.

Los ecos de la guerra civil estuvieron después muy presentes durante la visita de Sánchez a Salamanca, donde se detuvo especialmente en la casa museo dedicada a Miguel de Unamuno. Allí el presidente del gobierno en funciones y secretario general del PSOE hubo de confesar que aún no ha tenido tiempo de ver la película de Aménabar.

Y en Zamora el aparato del PSOE se cuidó tanto de que Sánchez se viera arropado que desde Ferraz se convocó telefónicamente a la militancia, incluyendo al alcalde de Toro, Tomás del Bien, objeto de un expediente de expulsión que le mantiene apartado del grupo socialista en la Diputación Provincial.

El Topillo de Castilla y León