Casado dejar caer al diputado que se inventó el título de abogado
Con la misma celeridad que había sido propulsado, no ha tardado en caer y con estrépito. El diputado del PP electo por León el pasado 10-N, José Miguel González Flores, no llegará a ocupar su escaño en el Congreso. Pese a que la semana pasada presentó su credencial en el registro, ha tenido que renunciar al acta a consecuencia del falso título de Licenciado en Derecho con el que tuvo la ocurrencia de adornar su curriculum.
Tras los bandazos dados a raíz de que se descubriera la tostada -primero defendió la autenticidad del título, después admitió que era falso y más tarde intento negar lo evidente- González Flores ha sido forzado a dimitir en aras a “no perjudicar al PP”, que suele decirse en estos casos. En realidad, su situación era insostenible una vez que la reproducción del falso titulo, que el mismo aportó, comenzó a circular por todos los medios y redes sociales como prueba irrefutable del engaño. Tomar posesión del escaño en esas circunstancias le hubiera convertido en objeto de todo tipo de chanzas cada vez que hubiera intervenido en el Congreso.
Todo indica que Pablo Casado, que ya pasó lo suyo con sus títulos académicos, no ha querido más tonterías y ha cortado por lo sano sin contemplaciones. Una decisión tajante que no deja en el mejor lugar a su número dos en Génova, Teodoro García Egea, quien tuvo la brillante idea de aupar a González Flores tanto a la cabeza de lista al Congreso como a la secretaria provincial del PP leonés, cargo este último del que asimismo ha dimitido.
El frustrado diputado podrá dedicarse plenamente a su polifacética actividad musical como miembro de Mocedades, manager y hasta compositor (fue el autor de aquel memorable paso doble titulado “Amilivia, Amilivia, tu serás de nuevo alcalde”, que en 2007 amenizó la campaña municipal en León). Su escaño lo ocupará la anterior diputada, Carmen González Guinda, a quien García Egea había desplazado al número dos de la candidatura.
El truculento episodio ha vuelto a remover las aguas del PP de León, que bajan bastante turbulentas después del fracaso en las pasadas municipales, en las que el partido perdió las alcaldías de la capital y de Ponferrada, amén de la presidencia de la Diputación provincial. En la pasada campaña electoral la guerra de taifas en el PP leonés tuvo su máximo exponente en el enfrentamiento a cara de perro entre los dos primeros candidatos de la lista al Senado, Antonio Silván y Javier Santiago Vélez, recelosos entre ellos en previsión de que tan solo uno obtuviera el escaño. Al final los dos lo consiguieron, pero ello no ha supuesto que las hachas de guerra hayan quedado enterradas.
El Topillo de Castilla y León
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