En el ojo de un huracán político que no cesa, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, presidió ayer en Valladolid la toma de posesión del nuevo Delegado del Gobierno, Javier Izquierdo. Y además, en contra de lo previsto, no esquivó a los medios de comunicación.

El hecho de que haya sido Ábalos el ministro encargado de representar al Gobierno en la toma de posesión de Izquierdo no es casual, ya que ambos han venido manteniendo estrecha relación en los últimos años. En su momento fueron los dos únicos secretarios provinciales del PSOE, el primero lo era de Valencia y el segundo de Valladolid, que apoyaron a cara descubierta a Pedro Sánchez cuando éste, tras ser derrocado por el Comité Federal, se lanzó a la reconquista de la secretaria general del partido. Después, conquistada La Moncloa, el entonces ministro de Fomento encomendó a Izquierdo la Secretaría General de Infraestructuras, a la que renunció para concurrir a las elecciones generales al frente de la candidatura socialista al Congreso por Valladolid.

Estos antecedentes y su propia presencia ayer en Valladolid inducen a pensar que ha sido Ábalos, a la sazón secretario de Organización del PSOE, quien en última instancia apostó por el nuevo Delegado del Gobierno, cuyo discurso de toma de posesión, lejos de ser meramente protocolario, estuvo cargado de mensajes y en mas de una dirección. Parafraseando al primer presidente de la Junta, el socialista Demetrio Madrid, Izquierdo se comprometió a ser el “altavoz” de las políticas del Gobierno y el “oido” atento a las demandas de la ciudadanía.

Además del consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, que ejercía la representación oficial de la Junta, los consejeros de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, y Agricultura, Jesús Julio Carnero, acudieron asimismo a una toma de posesión, en la que estuvo no hubo ni rastro de Ciudadanos.

Ábalos, que suspendió un posterior encuentro previsto con militantes socialistas en la provincia de León, declaró a los periodistas que no solo no piensa dimitir como ministro, sino que es el único integrante del Gobierno que ha sido “confirmado” por el Parlamento. Se refería con ello a la derrota en el Congreso de la moción de reprobación presentada por el PP y apoyada por Vox y Ciudadanos, rechazada por 190 votos frente a 148. Curiosa forma de verlo.

El Topillo de Castilla y León

21-Febrero-2020