Está claro que en estos días no sólo nuestro país, sino el mundo entero, ha quedado en manos de trabajadores de sectores muy concretos, personas que no pueden dejar de trabajar porque son indispensables no sólo para la contención del virus, sino para el correcto funcionamiento de nuestras infraestructuras.
Personal sanitario, farmacéuticos, empleados de tiendas de alimentación, servicios técnicos, limpiadores, repartidores y transportistas, en definitiva numerosos colectivos que tal vez en un primer momento no parezcan imprescindibles pero que están obligados a seguir trabajando, sea desde sus domicilios o acudiendo a su lugar de trabajo habitual.
Aquellos que no se consideran de primera necesidad, no obstante, están tratando de hacer el confinamiento más ameno, sobre todo particulares y empresas que se pueden valer de entornos digitales para difundir su labor: nutricionistas, monitores de gimnasios, artistas, o simplemente personas con ganas de ofrecer su tiempo (del que teóricamente todos disponemos ahora) para disfrute de los demás. Concretamente dirigido a los más pequeños se han creado muchas iniciativas de entretenimiento, cuenta-cuentos, coreografías para divertirse y hacer ejercicio bailando, etcétera. Además, estamos viendo día a día como algunos desarrolladores ponen a disposición de los usuarios aplicaciones y juegos de manera gratuita, destinados tanto a la infancia como al resto de edades. Evidentemente, lo que más ha sonado han sido las iniciativas de las grandes empresas como Movistar o Clan TV, pero hay otros tantos como FlixOlé que están liberando contenido para el uso y disfrute de todo confinado.
Más allá de esto, precisamente los que no lo ofrecen de manera gratuita están viendo un aumento de sus usuarios de pago, sobre todo los servicios de video en streaming o las suscripciones a juegos online y similares. Además, se nota un incremente en el sector del juego para adultos, como los juegos de poker en español con dinero. Aquellos juegos que permiten pasar un buen rato estimulando el cerebro (los de estrategia que además permiten interacción con otros usuarios o se apoyan precisamente en ambos aspectos) están siendo los grandes favoritos porque mantienen la mente ocupada en otras cuestiones. Si bien se puede jugar sin dinero, hay algunos que tratan de aprovechar para ganar algún torneo online por si pueden sacar provecho económico, en un momento en el que además, por no estar saliendo a la calle, no están gastando en otras cosas como salir de bares o de tiendas.
La mayor parte de franquiciados y otro tipo de negocios de moda, juguetes, tecnología o incluso cosmética permanecen abiertos en su versión online. Hay quien lo considera una frivolidad y un riesgo innecesario hacer pasar a transportistas o repartidores por el riesgo de entregarnos estos productos. Sin embargo es cierto que para algunas personas, la tecnología puede considerarse una emergencia en una situación de confinamiento: un móvil que dejó de funcionar o un ordenador que se rompió, incluso champú y desodorante que se terminaron, son productos que se pueden adquirir online gracias a que estos negocios siguen prestando sus servicios. El equilibro reside en la responsabilidad de cada persona para realizar una compra por pura necesidad o por capricho.
La gran ventaja de que muchas personas decidan pagar por suscripciones o productos digitales es que la economía sigue activa, algo que también es necesario para el correcto desarrollo del país. Hay sectores económicos que no están perdiendo porque ciertos trabajos siguen adelante con o sin virus: periódicos digitales, desarrolladores informáticos, diseñadores, compositores y demás gremios que ya podían trabajar desde casa bajo ciertas circunstancias. También hay empresas de atención al cliente telefónica que han permitido que los trabajadores continúen trabajando y les han instalado una centralita en sus domicilios.
Pero ¿qué hay de aquellos que no están haciendo descuentos en sus productos y servicios digitales? Ayer se filtraba la noticia de que posiblemente algunos estrenos actuales de cine estarán disponibles para alquilar desde iTunes y plataformas similares, por importes de casi 20€. Algunos se llevan las manos a la cabeza por tratarse de precios prohibitivos. Familias de 4 personas en adelante lo ven como una oportunidad de consumir estrenos a un precio más asequible que en el cine y con la posibilidad de pausarlos para ir al baño o a por un vaso de agua.
Surge pues la polémica acerca de si algunos sectores están abusando de la coyuntura para sacar el mayor dinero posible con ella. Sin embargo, debemos darnos cuenta de que nos enfrentamos a un estado de emergencia a escala mundial, que supone pérdidas masivas. En los casos de los estrenos de cine, por volver al mismo ejemplo, todo el dinero invertido en una producción no se vería rentabilizado de otra manera que no fuese esta, y la iniciativa en cuestión no obliga a nadie a gastarse el dinero pero brinda la oportunidad de vivir una experiencia que tal vez ayude a evadirse.
De cualquier manera, tanto el sector del entretenimiento y la cultura como el sector del juego están siendo los principales recursos no considerados de primera necesidad en los que los confinados están invirtiendo, sea con descuento o sin él. Los gratuitos estarán obteniendo ingresos por publicidad, aquellos que han bajado su precio o están regalando un mes de manera puntual, están ganando en reputación y se convertirán posiblemente en favoritos en un futuro, y quienes han decidido no hacer descuentos (sea porque no quieren, sea porque no pueden), también estarán viendo un incremento en sus usuarios en los próximos días.







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