Ana Carlota, un mal remiendo que zanja un lío interno en Ciudadanos
El pulso interno librado en Ciudadanos para cubrir la vacante dejada por Germán Barrios se ha resuelto de forma tan sorprendente como engañosa. Sorprendente porque en las quinielas no figuraba la portavoz del grupo parlamentario, la procuradora leonesa Ana Carlota Amigo, ciegamente afín al vicepresidente de la Junta, el doctor Francisco Igea. Y engañosa porque del dato anterior puede colegirse que el derrotado líder del sector crítico ha ganado dicho pulso a la dirección nacional del partido. Y para nada.
Igea lo habría ganado si el nombramiento hubiera recaído en el número dos de la consejería, el viceconsejero Davíd Martín, que era su verdadero candidato en pago a los servicios prestados al vicepresidente como comisario político encargado de torpedear y puentear a Barrios. Lógicamente, Inés Arrimadas no le iba al doctor esa satisfacción, pero a su vez ha sido consciente de que imponer desde Madrid a alguien enfrentado con Igea podía originar un conflicto de imprevisibles consecuencias.
La solución para salir pacíficamente del trance ha consistido en mover a Ana Carlota Amigo, cuya incorporación al Consejo de Gobierno tiene un doble efecto. Por una parte, permite salvar la cara a Igea, que puede felicitarse del nombramiento. Por otra, se desaloja de la portavocía parlamentaria a una incondicional del vicepresidente para sustituirla por otro procurador alineado en el sector oficialista, que no será otro que el salmantino David Castaño.
En resumen, Igea consigue controlar la consejería de Empleo e Industria, la única de las asignadas Ciudadanos que resistía a su tutela, pero ello es a costa de perder el mando a distancia del grupo naranja en las Cortes, donde Arrimadas coloca como portavoz a uno de los suyos. Simultáneamente, la nueva consejera ha sido forzada a renunciar a su escaño parlamentario, que también pasa a manos del sector oficialista, dándose ahora una correlación de 8 procuradores afines frente a cuatro críticos.
Más allá de ese reequilibrio interno, para el conjunto de los castellanos y leoneses el resultado de esta especie de trueque no resulta en principio nada satisfactorio. Se ha perdido un consejero de Empleo e Industria cuya labor ha venido brillando a notable altura y entra en su lugar una política a la que le falta algo más de un hervor para desempeñar un cargo de esta responsabilidad. La nueva consejera carece de experiencia en la gestión pública y su destreza oratoria tampoco pasará a los anales de la historia parlamentaria de la comunidad.
El Topillo de Castilla y León
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