Su nombramiento como consejero de Empleo e Industria sorprendió a propios y extraños. No porque careciera de aptitud y capacidad para desempeñar el cargo, sino porque, siendo un hombre estrechamente vinculado al PP en el pasado, llegaba al gobierno de coalición formando parte de la cuota asignada a Ciudadanos. En su favor para ocupar la consejería encargada del Diálogo Social jugaba su fluida relación con patronal y sindicatos, casta con la que había lidiado durante los seis años en que se ocupó de presidir el CES.

Lo que no sospechaba Germán Barrios era el calvario que le esperaba por no prestarse a las injerencias y veleidades del vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, quien se ha arrogado siempre el derecho a tutelar -e instrumentar en el suyo beneficio político propio, que diría Rajoy- la labor de los otros tres consejeros nombrados a propuesta de su partido. Y para que Barrios no se descarriara, lo primero que hizo el doctor fue endosarle a modo de comisario político a uno de los de su cuerda, el abulense David Martín, nombrado número dos de la consejería.

El consejero de Empleo estaba anunciado para comparecer ayer en rueda de prensa telemática compartida con la consejera de Sanidad. Pero dos horas antes se presentó en el Colegio de la Asunción para presentar su dimisión al presidente de la Junta. Por asuntos personales, ya se sabe. Y tan personales: en la tranquilidad del fin de semana Barrios decidió que a sus 57 años estaba ya muy mayor para seguir aguantando igeadas. ¡Como tendría que estar de harto un tipo tan responsable como él para plantar la consejería de Empleo en un momento tan sumamente crítico, en pleno aluvión de ERTES y no tardando también de ERES…!

Tanto CECALE como UGT y CC.OO. le han despedido valorando positivamente su labor, al igual que lo hace Ciudadanos como partido, en tanto que el vicepresidente no se ha dado por enterado ni siquiera en su animada cuenta de Twitter. Fernández Mañueco le ha agradecido los servicios prestados y cruza los dedos a la espera de conocer a quien le proponen para cubrir la vacante, que vaya a usted a saber tal como funciona internamente la formación naranja. Mientras tanto, el consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo, no en vano el sempiterno chico-bien-mandado-que-vale-igual-para-un-roto-que-para-un-descosido, asume provisionalmente las competencias de Empleo e Industria.

El Topillo de Castilla y León