Reciente el pacto con el que la oposición se ha prestado a tapar las vergüenzas a la Junta, “El topillo” decidió no malversar su tiempo en seguir el debate sobre el estado de la comunidad. Y por lo oido y leido por ahí, eso que se ahorró. “Hoy hemos visto el equivalente parlamentario a pasar 65 minutos mirando cómo da vueltas el tambor de la lavadora”, ha llegado a escribir un periodista. Por mucho que saliera a colación una película tan amena como “Dos hombres y un destino”, en realidad la función debió resultar más plúmbea que “El sol del membrillo”, esa sobrada con la que se descolgó Victor Erice después de sus dos grandes obras maestras, “El espirítu de la colmena” y “El Sur”.

Venido arriba tras el pacto de marras, Fernández Mañueco ha tirado la caña ofreciendo un acuerdo sobre los Presupuestos de la Comunidad a ver si algún pez-membrillo muerde el anzuelo y consigue rematar la faena con puerta grande. Eso sí sería histórico de verdad. Pactos de comunidad se han conocido unos cuantos y algunos de mayor fuste que este último, pero unos Presupuestos consensuados entre el gobierno de turno y el primer partido de la oposición no tienen precedente. A lo peor a Luis Tudanca le da otro ataque de "responsabilidad" y decide pasar a la Historia. Él mismo con su organismo.

Si el debate propiamente dicho era más previsible que el resultado de un reférendum convocado por Putin, la segunda jornada, dedicada a la presentación y aprobación de resoluciones, constituyó la pantomima de siempre. Se aprobaron 72, pero podían haber sido 120 o ninguna, ya que no tienen ninguna fuerza ejecutiva. La mayor parte de ellas reiteran puntos que ya figuran en el pacto para la “reconstrucción”, entre ellas una relativa a su propio seguimiento, pequeño detalle que no figuraba en el documento firmado.

PP y Ciudadanos se autoaprobaron sus 60 resoluciones propias y tuvieron la generosidad de apoyar otras 14 del resto de los grupos. Aprovechando que el Pisuerga pasa al lado de las Cortes, el grupo socialista presentó una apoyando la candidatura de Nadia Calviño a la presidencia del Eurogrupo. Ni que decir tiene, solo faltaba, que fué aprobada por unanimidad.

El Topillo de Castilla y León