Buscando coartada para retrasar a las 23 h. el toque de queda
Como es sabido, su decisión de implantar por las bravas el pasado sábado el toque de queda sin esperar a que estuviera declarado el estado de alarma le valió al gobierno Mañueco un revolcón en el Tribunal Superior de Justicia, que el lunes anuló dicha medida por no atenerse a la legalidad. La pifia, subsanada en horas gracias a que el gobierno Sánchez declaró inmediatamente el estado de alarma, apenas ha tenido repercusión, más allá de tener que dejar sin efecto las 276 denuncias cursadas por la policía por infringir un toque de queda declarado después ilegal.
En el aspecto puramente político, dicho revolcón judicial apenas ha tenido coste para la Junta, ya que, de una parte los medios han pasado muy por encima del asunto, y de otra, salvo Vox, la oposición ni se ha querido dar por enterada. En ese clima de absoluta impunidad, el presidente de la Junta se permitía afirmar que el TSJ “nos ha dado dado la razón” y que el único reproche judicial ha consistido en que la Junta ha ido “un poco más allá” de sus competencias. Se necesita rostro para valorar en esos términos la desautorización judicial en toda regla de una medida que, aunque haya sido solo durante unas horas, ha vulnerado derechos fundamentales de los ciudadanos de Castilla y León.
Pero a lo que iba. Al presidente Mañueco y al vicepresidente Igea, que son los que vienen pasteleando sobre la pandemia (la consejera Casado traga sumisamente con lo que le eche el segundo), se la suda ese traspiés judicial. Sin embargo, hay otro aspecto del toque de queda que se les ha vuelto en contra: el horario de 10 de la noche a 6 de la madrugada que ellos, más listos que nadie, decidieron implantar.
El hecho de que la mayoría de las comunidades hayan fijado dicho horario a partir de las once de la noche y alguna de ellas (Madrid y Extremadura) a las doce, ha dejado a la Junta a los pies de los caballos ante el sector hostelero. La Hostelería, que ya estaba que trina en toda España, lo está aún más y con toda razón en Castilla y León al ser la única comunidad, junto a Cataluña, que ha situado el toque de queda a las 10 de la noche. Y en esta tesitura Mañueco e Igea andan como locos buscando una coartada para retrasar el horario hasta las 11 y calmar así los indignados ánimos de los hosteleros de la comunidad.
¿Cuánto tardará la Junta en modificar la franja horaria? Si no encuentra alguna excusa antes, teniendo en cuenta que el toque de queda general decretado por el gobierno central decae el 9 de noviembre, a lo más tardar un día después bares y restaurantes no tendrán que echar el cierre hasta las once de la noche. Se admiten apuestas.
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