La incontinencia verbal en la vida pública no es algo exclusivo de los políticos, y en Castilla y León no hay mejor ejemplo de ello que el presidente del Tribunal Superior de Justicia, José Luis Concepción, que disfruta mas que un tonto con una tiza cada vez que puede asomarse a los medios.

Hace unos meses el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, se vio obligado a llamarle la atención ante los juicios de valor vertidos sobre el estado de alarma decretado con ocasión de la primera ola de la pandemia. En línea con el mantra esgrimido por el PP y Vox, Concepción se permitió afirmar que desde el gobierno Sánchez se estaba utilizando el estado de alarma para “fines distintos” al de salvar a la población del coronavirus, lamentando que se suspendieran “derechos fundamentales” de forma no suficientemente justificada.

Pero no parece que ese rapapolvo público de Lesmes, que él atribuyó a las presiones ejercidas por los vocales del CGPJ afines al PSOE, haya servido para contener la incontinencia. “He recibido muchísimos más aplausos que críticas por mis declaraciones, por mis valoraciones. Quizás las críticas que he recibido han sido de parte de personas que defienden una cosa que me disgusta profundamente en la España que vivimos, que es la tendencia al pensamiento único”, decía -ahí queda eso- este domingo preguntado sobre la libertad de expresión durante una entrevista concedida a “Diario de Valladolid-El Mundo”.

Como ya hiciera en el acto de apertura del año judicial, el presidente del TSJ abunda en la teoría de la conspiración contra el régimen del 78. "Fijese que las dos instituciones que más se están atacando por determinados sectores son la Monarquía y el Poder Judicial. Quizás son las dos instituciones que signifiquen un dique de contención para las aspiraciones de todos aquellos que pretenden romper el Estado”, afirma Concepción. “Son indicios -añade- que nos hacen aventurar que se quiere producir una reversión del Estado constitucional”. La alusión a Pablo Iglesias parece fuera de toda duda: “Es lógico que quienes van a sufrir los rigores de la ley, de la Justicia, traten de desprestigiarla por todos los medios a su alcance”.

Ni qué decir tiene que Concepción considera la supresión del castellano como lengua vehicular de la enseñanza en Cataluña como “una concesión inadmisible a los independentistas”. Y como no podía ser de otra forma, se manifiesta en contra de indultar a los condenados del “procés”, máxime declarándose contrario a la figura del indulto, que a su juicio “es una intromisión del poder judicial y por tanto un mecanismo que puede atentar de manera importante al principio de separación de poderes”.

En la entrevista, cargada de preguntas inductivas que en su formulación incluyen la respuesta, no se le pide a Concepción su opinión sobre la contribución del "Emérito" al desprestigio de esa Monarquía tan atacada por quienes “pretenden romper el Estado”. Ya les digo yo cual sería su respuesta: “Don Juan Carlos tiene el mismo derecho que todos los españoles a la presunción de inocencia. De manual concepcioniano.