No hace falta ser especialmente perspicaz para imaginar como le habrá sentado al vicepresidente de la Junta y todavía militante de Ciudadanos, Francisco Igea, el apoyo de la formación naranja a los Presupuestos del Ayuntamiento de Valladolid. Calcula “El topillo” que más o menos como una certera patada en salva sea la parte.

Cierto es que desde que se hizo cargo del partido Inés Arrimadas, Ciudadanos viene realizando ímprobos esfuerzos por borrar la imagen del trío de Colón y presentarse como una fuerza política capaz de pactar indistintamente a derecha o a izquierda en función de la gobernabilidad de cada institución. En ese sentido el pacto presupuestario con el equipo de gobierno del consistorio vallisoletano nada tiene de particular, máxime cuando no anda por medio Podemos, partido desaparecido en combate en las pasadas elecciones municipales.

Está además el precedente del ayuntamiento de Burgos, donde hace dos meses PSOE y Ciudadanos alcanzaron un pacto de gobierno en toda regla a partir del cual ambos grupos comparten la gestión municipal. ¿Qué es entonces lo que le puede haber sentado a cuerno quemado a Igea?. Muy sencillo, que el alcalde burgalés se llama Daniel de la Rosa y el Valladolid Óscar Puente.

Aunque últimamente se han concedido una tregua, las enganchadas entre Puente e Igea han sido mayúsculas desde que el segundo llegó a la Junta. Sin perjuicio de las lindezas y denuestos que se han dedicado en los medios convencionales, Twitter ha sido el escenario preferido para el enfrentamiento entre ambos políticos, tan visceral que en un momento dado el alcalde decidió bloqueó el acceso del vicepresidente a su cuenta en al red social.

Aunque el voto de los concejales de Ciudadanos no es aritméticamente determinante para que el gobierno municipal de Valladolid saque adelante los Presupuestos, el hecho de que desde la formación naranja se apoye la Puente es algo sumamente indigesto para Igea. Y ello aparte del manifiesto contraste que supone respecto a la deriva política del vicepresidente de la Junta, que no es ya que esté completamente entregado al PP de Fernández Mañueco, sino que con frecuencia le viene desbordando por la derecha.