“El asesor que más cobra, porque él lo vale, y al que nadie ve”. Con estas palabras se refería la procuradora socialista Rosa Rubio a Ignacio Cosidó, el “amigo Nacho”, durante el pasado debate parlamentario de las enmiendas a la totalidad de los primeros Presupuestos del gobierno Mañueco. Rubio aludía así a la incomparecencia presencial de Cosidó en su puesto como asesor del presidente de la Junta, por el que percibe un sueldo de 55.120 euros anuales.

“El topillo” ha contactado con sus congéneres en el complejo presidencial y ha podido corrroborar que al ex director general de la Policía y ex senador por la Comunidad Autónoma se le ve muy poco el pelo por allí. Y no vale la justificación de que trabaja telemáticamente como medida preventiva frente a la amenaza de la pandemia. Primero, porque el resto de los asesores -no así algún alto cargo de Presidencia que se escaquea de acudir a su despacho con demasiada frecuencia- cumplen con su labor básicamente de forma presencial. Y segundo, porque el escaqueo de Cosidó, nombrado en septiembre de 2019, es anterior a la irrupción del Covid-19.

Y tampoco es porque hayan surgido problemas físicos para ubicar en el Colegio de la Asunción a la tropa de asesores de la que se ha rodeado el presidente Mañueco. Al “amigo Nacho” se le asignó tras su nombramiento un despacho en la zona noble próxima al del presidente, pero cada vez lo ha ido frecuentando menos. Tanto es así que, vista su falta de uso, el despacho en cuestión está siendo utilizado por Carlos Rincón, el periodista salmantino recientemente fichado para reforzar la asesoría de comunicación del presidente, quien, dirección de Comunicación de la Junta aparte, dispone de tres profesionales nombrados a dedo a su exclusivo servicio (uno más de los que tenía Juan Vicente Herrera y uno menos de los que tiene Francisco Igea, que no se ha conformado con menos de cuatro),

“Pero lo más grande del caso -me comenta otro de mis congéneres con madriguera en el Colegio- es que, a pesar de no aparecer por aquí, de vez en cuando solicita un coche oficial de la Junta, se supone que para realizar alguna gestión relacionada con su cometido”. A Nacho que no le falte de ná...

Ya puestos de cháchara, le trasladan a “El topillo” el rumor según el cual una de las dos ex senadoras del PP recolocadas por Mañueco como asesoras presidenciales, la impulsiva Esther Muñoz de la Iglesia, tiene los días contados en el complejo de la Asunción. No porque renuncie al puesto, sino porque al parecer pasa a desempeñar sus funciones en la oficina que la Junta tiene en Bruselas. Movilidad (geográfica y funcional) se le llama a eso.