Maniobra en la oscuridad del PP vallisoletano
Si en el peor momento de toda la pandemia se ha procedido a convocar el Congreso del PP de Valladolid es porque, pese a la fuerte división existente en su seno, existe un consenso tutelado desde Génova sobre la base de que el presidente de la Diputación, Conrado Iscar, se haga cargo también de la presidencia del partido al frente de una candidatura de integración en la que la secretaría general queda reservada a un miembro, aún por determinar, del sector afín a Pablo Casado.
En principio, el apaño no tendría que tener mayor complicación si no fuera por la enfermiza adicción a la intriga política del ex vicepresidente de la Junta y actual concejal del ayuntamiento vallisoletano Joseantonio de Santiago-Juárez, alias “El Pica”. En un intento de relanzar su diezmada influencia política, De Santiago-Juárez anda maniobrando con el propósito de que la secretaría provincial del PP vallisoletano recaiga en la presidenta del grupo municipal del PP, Pilar del Olmo, la misma que durante 16 años fuera consejera de la Junta en sucesivos gobiernos presididos por Juan Vicente Herrera.
Se supone que, siguiendo la consigna transmitida por Herrera a sus acólitos, Del Olmo apoyó en su día la candidatura de Casado frente a la de Soraya Sáez de Santamaría, pero ese mero hecho no le otorga el pedigrí casadista del que dispone el núcleo duro del sector del PP de Valladolid afín al presidente nacional del partido, cuyos principales elementos gozan de la plena confianza de su secretario general, Teodoro García Egea.
La maniobra de “El Pica”, quien tras 34 años ininterrumpidos encadenando cargos públicos se resiste patéticamente a darse por amortizado, está condenada al fracaso, máxime cuando encierra el objetivo de que Del Olmo repita en como candidata a la Alcaldía de Valladolid en las próximas municipales, cartel electoral al que también aspira la actual senadora y ex concejala Mercedes Cantalapiedra, casadista, esta sí, con inequívoco pedigrí. Lógicamente, los casadistas no van a tragar con Del Olmo y ésta es tan consciente de ello que ha apuntado una posible solución “salomónica” consistente en habilitar la figura de coordinador provincial, un teórico número tres inmediatamente después del presidente y el secretario.
Si a ello añadimos que a estas alturas los alineados con De Santiago-Juárez y Del Olmo caben en un taxi (y sin apreturas tras la reciente espantada de la concejala María de Diego, una de las dos antiguas viceconsejeras de la Junta colocadas por “El Pica” en la candidatura municipal del PP), el esfuerzo del vicepresidente es de esos que conducen a la melancolía. Así las cosas, Conrado Iscar no tendrá otro remedio que proponer como secretario provincial a un casadista “pata negra”, que muy probablemente sea el diputado del Congreso y alcalde de Villalón, José Ángel Alonso, cuya incompatibilidad estatutaria es fácilmente salvable -precedentes hay en cantidad- mediante la oportuna excepción autorizada por Génova.
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