Un poco más y al ínclito Maroto no le suena de nada un tal M. Rajoy
Sabido es que los cadáveres mal enterrados asoman a la luz en el momento más intempestivo, y no digamos ya los zombis que vagan por la penumbra. Y en plena campaña electoral catalana, al PP de Pablo Casado se le ha reaparecido el caso Gürtel y la alargada sombra de su ex tesorero, por fin decidido a tirar de una vez por todas de la manta de la financiación irregular del partido.
Con su último escrito dirigido a la Fiscalía, Luis Bárcenas ha puesto de nuevo en la picota al ex presidente Mariano Rajoy (más conocido en este contexto simplemente como M. Rajoy), al que acusa de haber estado siempre al tanto de la trama de corrupción organizada para financiar irregularmente el partido desde 1.982, que incluía el cobro de sobresueldos en negro por parte de lo más granado de su dirección.
Silentes sobre el particular Casado y su lugarteniente Teodoro García Egea, el que ha tenido inconveniente en responder a Bárcena ha sido el portavoz del PP en el Senado, que no es otro que el alavés Javier Maroto, llegado a su actual cargo previa designación como senador autonómico por Castilla y León por obra y gracia de los procuradores del PP y Ciudadanos en las Cortes Regionales.
Y Maroto, que ya las ha tenido tiesas en el pasado con el ex tesorero, ha vuelto a arremeter contra él, atribuyendo sus nuevas confesiones al lógico y humano intento de mejorar su situación penitenciaria. Hasta ahí la cosa puede hasta pasar. Pero donde el senador “castellano-leonés” anda flojo de memoria es con respecto a M. Rajoy, al que solo le faltó referirse como “esa persona de la que usted me habla”, tal como hacía el ex presidente cuando le preguntaban por el propio Bárcenas. Para Maroto, todo lo denunciado por el ex tesorero corresponde a un pasado ajeno a la actual dirección del PP.
Olvida el senador oficialmente residente en la localidad segoviana de Sotosalbos que Casado y su equipo dirigente no han llegado a la dirección del partido por generación espontánea. Aparte de su estrecha vinculación con José María Aznar, del que fue asistente particular, el actual presidente nacional del PP aterrizó en Génova de la mano de M. Rajoy, que en junio de 2015 le incluyó entre los cinco nuevos vicesecretarios (concretamente, el de Comunicación) nombrados para reforzar la cúpula nacional del PP. Y parece que Maroto tampoco recuerda que otro de esos nuevos vicesecretarios, el de Formación y Programas, fue él mismo, por aquel entonces diputado por Álava, la circunscripción natural del que antes fuera alcalde de Vitoria.
Por lo demás, no estaría de más saber que piensa Maroto sobre el conflicto abierto en el Condado de Treviño (cuya incorporación al País Vasco defendió cuando era alcalde de la capital alavesa) causa de las restricciones anti Covid-19 impuestas allí por la Junta. Un conflicto que no deja en el mejor lugar al gobierno Mañueco y a sus intrépidos servicios jurídicos, que se han saltado olímpicamente el decreto de prórroga del vigente estado de alarma -el mismo en que han basado el adelanto por las bravas del toque de queda-, que afirma literalmente que “aquellos municipios que constituyan enclaves recibirán el tratamiento de la provincia que les circunda”, lo cual supone que el Condado de Treviño ha de atenerse a lo que rija en Álava y no a lo que se le antoje a la Junta de Castilla y León…
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