Quedan pocas dudas de que si en Castilla y León hubiera hoy elecciones autonómicas, Vox sería la tercera fuerza política en esta comunidad y, lo que es peor, tendría la llave de gobierno. Y no lo digo porque ayer haya dado el campanazo en Cataluña, donde ha “sorpasado” a la vez a PP y Ciudadanos, partidos ambos seriamente descalabros. Vox ya fue tercera fuerza política en Castilla y León en las elecciones generales de 2019, en las que obtuvo 6 de los 31 escaños del Congreso de los Diputados electos por las nueve circunscripciones provinciales.

Sin embargo, Vox sigue sin enterarse, no ya de los entresijos, sino de lo primario y evidente de la política regional. Si el que hasta ahora ha sido su procurador en las Cortes, Jesús García-Conde del Castillo, se enteraba de muy poco, quienes rigen los destinos del partido en esta comunidad -que nadie sabe quiénes son, ya que la formación solo cuenta con órganos provinciales y nacionales- no se enteran absolutamente de nada.

Viene a cuento lo anterior por el comunicado que ha emitido la formación ultraderechista arremetiendo contra el presidente de las Cortes, Luis Fuentes, quien había criticado la asistencia de parlamentarios de Vox desplazados desde otras provincias a la toma de posesión de la nueva procuradora, Fátima Pinacho, estimando que con su presencia habían vulnerado el doble cierre perimetral (provincial y autonómico) vigente en Castilla y León dentro de las medidas anti Covid.

Vox asegura que la presencia en dicho acto de varios diputados de su formación (en total siete, seis de ellos no residentes en Valladolid) se ajusta plenamente a la legalidad, ya que está amparada por las excepciones contempladas “para el cumplimiento de obligaciones profesionales, laborales, institucionales o legales”. Sobre esa base, el comunicado señala que la presencia de sus parlamentarios nacionales en la toma de posesión de Fátima Pinacho “ha formado parte de las responsabilidades profesionales de representación institucional” que marca Vox, “no el presidente de las Cortes de Castilla y León”.

Pero dónde desbarra por completo el partido ultraderechista es al atribuir las críticas de Fuentes “a las necesidades políticas de Francisco Igea”, presentando al presidente de las Cortes poco menos que como un acólito del vicepresidente de la Junta. Con ello Vox demuestra no tener ni la más remota idea de la tensa y distante relación entre ambos, algo sobradamente conocido. Ocurre además que en este episodio Igea, siempre tan taxativo contra el adversario político, ha concedido a Vox el beneficio de la duda.

Prueba añadida de su falta de “background” sobre la política en Castilla y León es que Vox no ha aprovechado este trance para recordar lo sucedido con ocasión de la toma de posesión de la actual consejera de Empleo, Ana Carlota Amigo, acto celebrado en el Colegio de la Asunción con asistencia de un nutrido grupo de invitados que, al proceder de provincias distintas a la de Valladolid, conculcaron el cierre perimetral vigente en ese momento. Con el agravante de que dichos invitados no disponían de coartada institucional alguna, ya que eran familiares, amigos o simples compañeros de partido (Ciudadanos) de la amiga Ana Carlota, "la dama de las orquídeas" Fue cuando el consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, responsable de la organización del acto, aseguró que él no pudo identificar a los asistentes “porque llevaban mascarilla”, ganándose a pulso desde entonces el apodo de “Rompetechos”.