“Seguimos sin aprender nada”, suele decir lastimeramente el vicepresidente de la Junta cada vez que arrecia una nueva ola del virus. Y a fe que lo dice con conocimiento de causa. Basta analizar lo que él y el presidente Mañueco vuelven a traerse entre manos.

Pese a lo mucho que ha bajado la tasa de incidencia en toda España, cifrada ayer en 417 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, Castilla y León sigue ocupando el segundo puesto en esa tabla, con 508 casos, índice solo superado por la Comunidad de Madrid, que, gracias a la descabellada política seguida por Isabel Díaz Ayuso, ha conseguido auparse hasta el primer puesto.

En esta tesitura, y cuando los hospitales de la comunidad siguen soportando una altísima ocupación de enfermos de Covid, con más de 1.660 ingresados, cerca de 300 en unidades de críticos (al 74 por ciento de su capacidad ampliada), se suponía que la Junta iba a tentarse mucho la ropa antes de iniciar una nueva desescalada en sus restricciones contra la pandemia. Después de haberla “brengado” (que dirían en gacería los antiguos briqueros de Cantalejo) con la estrategia seguida para “salvar las Navidades”, entraba dentro de la lógica que el nefando tándem Mañueco-Igea anduviera con pies de plomo antes de relajar las medidas en vigor.

Eso creíamos y en ese sentido se venía manifestando en los últimos días el susodicho vicepresidente. Y en estas andábamos cuando ayer salió a la palestra el procurador Alejandro Vázquez, portavoz parlamentario del PP en materia de Sanidad, anunciando que el próximo jueves el Consejo de Gobierno de la Junta levantará algunas de las restricciones vigentes. Se desconoce si Vázquez, médico nefrólogo con plaza en el HUBU burgalés, se ha ido de la lengua, revelando algo que conocía confidencialmente, o, por el contrario, ha cumplido el encargo de lanzar la noticia para ir amortiguando su efecto y que a nadie le pille el jueves de sorpresa. En cualquier caso, un episodio más de la desconcertante política seguida por la Junta en relación con la pandemia.

Todo esto cuando a lo largo de la jornada de hoy se espera conocer la resolución del Tribunal Supremo acerca del adelanto del toque de queda decretado hace justamente un mes por decisión personal e intransferible del presidente Mañueco. Entretanto, y como anticipo de la nueva desescalada que se cocina (se ignora si con la anuencia del presunto comité de sedicentes expertos que Mañueco, Igea y Casado vienen instrumentando a su antojo), el pasado domingo decayeron las medidas “excepcionalísimas” que seguían vigentes en 25 municipios de la comunidad, el más importante de ellos Palencia, donde se han levantado esas restricciones especiales con una IA a 14 días que ayer lunes era de 1.242 casos, 2,5 veces superior al registrado en el conjunto de la comunidad. Ciertamente, siguen resistiéndose a aprender algo.