Suma y sigue. Después de haber convertido la supresión de los “chiringuitos” de la Junta (empresas públicas, fundaciones y demás inventos que integran la llamada Administración B) en uno de sus grandes reclamos electorales, hace falta echarle mucho morro para concluir año y medio después, que, salvo una Fundación de mínima plantilla y presupuesto, los otros 15 entes -que gestionan anualmente decenas de millones de euros- resultan imprescindibles.

Aquellos denostados “chiringuitos”, nidos de despilfarro, enchufismo y clientelismo, que tanto abominaba el entonces candidato de Ciudadanos y actual vicepresidente único de la Junta, Francisco Igea, son ahora impecables instrumentos para una gestión más eficiente de la Administración Autonómica. A esa conclusión ha llegado la comisión paritaria constituida en octubre de 2019 por PP y Ciudadanos al objeto de dar cumplimiento al punto de su pacto de gobierno que se comprometía a “analizar la situación utilidad y funcionamiento” de dichos entes en la perspectiva de “determinar la extinción” de aquellos cuyas funciones pudieran ser desempeñadas por la Administración General “con igual o mayor eficacia o con igual o menor coste”. Y a esa comisión solo le ha faltado decir aquello de que “si no existieran, habría que crearlos”.

Tan pronto aterrizo en las consejerías de Sanidad, Empleo y Cultura, todas ellas trufadas por uno o varios “chiringuitos”, rápidamente se vio que Ciudadanos no tenía la menor intención de prescindir de ellos. Apenas había entrado en materia la comisión creada al efecto y ya se anunciaba que de suprimir la Fundación Siglo, que absorbe gran parte de la gestión cultural, tararí que te ví. Que todo lo demás algún retoque cosmético sin reducir para nada ni plantilla ni Presupuesto.

Pero la impostura no ha quedado ahí, ya que el único ente que se propone extinguir es la Fundación Anclaje, constituida en 2006 a instancias del Diálogo Social y cuya principal función ha sido la de fortalecer el tejido empresarial, habiendo mediado eficazmente para evitar cierres y deslocalizaciones empresariales. ¿Por qué quiere suprimir la Junta una fundación, que con un escaso coste (su plantilla se reduce a 13 personas), ha acreditado en los últimos años un alto grado de eficacia?

La respuesta no se le oculta a nadie: Porque está participada por la patronal y los sindicatos, algo que produce urticaria a Igea, quien, como es conocido, ha emprendido una cruzada contra los agentes sociales y el Diálogo Social, otrora considerado "seña de identidad" de esta comunidad autónoma. A su reciente ataque bloqueando la extensión del Servicio Regional de Relaciones Laborales (SERLA) a las nueve provincias, incumpliéndose el compromiso contraído en su día por la Junta, se une ahora el propósito de cargarse la Fundación Anclaje, en ambos casos valiéndose del vasallaje de la consejera de Empleo, la amiga Ana Carlota, la “dama de las orquídeas”, quien, al igual que los consejeros de Sanidad y Cultura, tiene plenamente asumido su papel de mera comparsa al servicio de las ocurrencias y fobias del vicepresidente.

Allá Ciudadanos si persiste en esta política de tierra quemada.. Lo grave es que el presidente Fernández Mañueco y el PP secunden y compartan los impulsos incendiarios del pirómano que mantienen en la vicepresidencia de la Junta.