Aunque es ciertamente penosa la precariedad laboral y salarial de la profesión periodística, me pongo en el pellejo de los cuatro periodistas, cuatro, contratados como personal eventual al servicio del vicepresidente, consejero y portavoz de la Junta, Francisco Igea, y no sé si su retribución -notablemente superior a la que percibirían en cualquier medio (entre los cuatro nos cuestan 174.677 euros anuales)- compensa el estrés que supone trabajar para el personaje. No sé qué cara se les quedaría ayer ante la contestación con la que se descolgó en la habitual rueda de prensa telemática de cada jueves ante la pregunta que le formuló la compañera Belén Hernández, redactora de “La Gaceta Regional” de Salamanca.

Aludió Belén en su pregunta al cabreo de los hosteleros salmantinos con los desconcertantes criterios de la Junta en torno a las restricciones anti-Covid, y el vicepresidente-consejero-portavoz inició su respuesta de una forma un tanto sorprendente: “No deje de saludar al director de ese medio en mi nombre”. Si no se conoce la crítica posición de “La Gaceta” sobre la actuación de Igea y de la consejera Casado sobre el particular, la frase podía interpretarse como un atento cumplido. Pero si quedaba alguna duda, nuestro hombre la despejó al culminar su respuesta del siguiente tenor: “Si lo dice “La Gaceta” (lo del cabreo de los hosteleros) será así. Suelo leer su periódico para enterarme de lo que he hecho el día anterior”. Apañado está si piensa que con recaditos de ese tipo va a alterar el ánimo de Julián Ballestero, el solvente director del diario salmantino.

En realidad, el cabreo (por decirlo suavemente) de la Hostelería con Igea, Casado y Mañueco, no sé si por este orden, no es exclusivo de la provincia salmantina. Es general en toda la comunidad y me cuentan que los hosteleros de Burgos han bautizado al vicepresidente con el apodo de “Paquirri” Igea por lo mucho que les ha venido toreando a lo largo de la pandemia.

En la rueda de prensa de ayer el portavoz hizo alusión al ingreso hospitalario de su compañero de grupo parlamentario el procurador burgalés José Ignacio “Pocholo” Delgado, al cual se le detectó el positivo en Covid en la prueba de antígenos realizada en las Cortes antes de que comenzara el pleno celebrado la pasada semana. “Pocholo”, que ayer fue pasado a la UCI del hospital de Burgos, es funcionario de prisiones y se cree que pudo resultar contagiado durante el desempeño de su trabajo en los Juzgados madrileños de la Plaza de Castilla.

Otro procurador burgalés, este del PP, el consejero de Presidencia, Ángel “Rompetechos” Ibáñez, ha cesado como consejero de Agricultura en funciones, atribución que le asignó el presidente de la Junta a raíz de la hospitalización del titular de la consejería, Jesús Julio Carnero, quien sigue ingresado en la UCI de uno de los hospitales vallisoletanos. Aunque el portavoz no informó ayer de ello, el presidente ha tomado la decisión de encomendar las funciones de Agricultura al consejero de Fomento, Juan Carlos “Rey Sol” Suárez-Quiñones, lo cual contribuirá a reforzar la unívoca oposición de la Junta a la prohibición de la caza del lobo.

A todo esto, el Consejo de Gobierno de ayer confirmó lo anunciado el pasado martes por “Rompetechos” y “Rey Sol”: la decisión de relajar las restricciones a partir del próximo lunes, algo que se produce sin que el porcentaje de ocupación de las UCIs por enfermos de Covid haya bajado del 35 por ciento, frontera que supuestamente iba a condicionar dicha medida (a fecha de ayer era del 36,19 y nada garantiza que de aquí al lunes no pueda aumentar). Pero la yenka de la Junta en materia de restricciones/relajaciones ha dejado ya de ser noticia.