Eran pocas voces en la Junta y se suma “Paco-Paquito-Paquete” Vázquez
En más de una ocasión “El topillo” ha dejado constancia del papel de comparsa al que viene prestándose el comité de sedicentes expertos del que se rodeó en su día el gobierno Mañueco supuestamente para que le asesora en materia epidemiológica y de estrategia sanitaria contra el Covid-19. Hace mucho que no hablamos de él, sencillamente porque desde aquella mañana en la que la Junta lo convocó a un Consejo de Gobierno con el evidente propósito de revestir con una pátina científica unas restricciones que luego quedaron prácticamente en nada -fue el día en el que la comparecencia posterior que iban a ofrecer el vicepresidente Igea y la consejera Casado se sustituyó a última hora por otra del presidente- no se había vuelto a tener noticia del susodicho comité.
Nadie puede negarle buena voluntad a su secretario y cabeza visible, Ignacio Rosell, un médico que ha sufrido en propias carnes los efectos del coronavirus (permaneció 13 días hospitalizado durante la primera ola de la pandemia), pero debería ser más cauto antes de prodigarse en declaraciones públicas que con frecuencia no dejan en el mejor lugar ni al comité ni a él mismo. Hace unos días reconocía en “Diario de Valladolid” que la actual desescalada en las restricciones excepcionales de la Junta se ha iniciado sin un dictamen específico del comité, a cuyos miembros simplemente se les pidió que hicieran llegar sus aportaciones a través de correos electrónicos de cada uno de ellos.
Peor fue lo de la desescalada de la primera ola, cuando a mediados de mayo Fernández Mañueco anunció por su cuenta el salto de toda la comunidad a la fase dos un día después de que Rosell, entrevistado en eldiariocyl.es, afirmara que ninguna de las nueve capitales de provincia reunía los requisitos para saltar de fase. Fue cuando la consejera Casado, qué papelón el suyo, confesó su “incomodidad” con esa medida (Igea nada dijo porque la había pactado bajo cuerda con el presidente).
El último descoloque de Rosell, muy activo en Twitter, se ha producido este lunes cuando se veía impelido a retirar un mensaje en el que se había ofrecido a ser vacunado en público con una dosis de AstraZéneca, “si es que eso ayuda a tranquilizar a la gente”. Tres horas después, el ministerio de Sanidad decidía suspender temporalmente esa vacuna y nuestro hombre borraba dicho tuit “para evitar mayor confusión”. Puesto que en la presentación de su cuenta en Twitter, Rosell asegura que “los que engañan con la Salud me ponen enfermo”, yo de él me preguntaría si es prudente mantener la estrecha colaboración que mantiene con Igea y Casado.
A todo esto ayer era lunes y por tanto, de acuerdo con lo anunciado semanas atrás por el portavoz de la Junta -ese mismo que dijo que “daría yo por buena (sic) dejar la vicepresidencia de este gobierno si el vicepresidente de la nación también saliera a la misma vez”- debería haberse reunido el Consejo de Gobierno para examinar la situación sobre la desescalada.
Ni el bocachanclas de Igea ni ningún otro responsable de la Junta ha explicado el motivo por el que no se celebró el Consejo. Pero lo mejor es que se metió a explicarlo el secretario regional del PP, Francisco “Paco-Paquito- Paquete” Vázquez, quien con la elocuencia que le caracteriza ha explicado, cual libro abierto, que no ha habido reunión “porque no había nada que anunciar”. No sabe lo tranquilos que nos quedamos.
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