En su momento “El topillo” decidió motejar como “Rompetechos” al consejero de Presidencia, Ángel Ibáñez, desde el día en el que tomó posesión la actual consejera de Empleo, la amiga Ana Carlota, en un acto celebrado en el patio del Colegio de la Asunción con una parafernalia impropia de la situación pandémica. Estábamos a finales de mayo y regía el cierre perimetral provincial, pese a lo cual se detectó allí la presencia de invitados (familiares, amigos y correligionarios) procedentes de diversas provincias. Y preguntado al respecto el consejero de Presidencia, responsable de organizar el sarao, Ibáñez se descolgó diciendo que el uso de la mascarilla le imposibilitaba identificar a los asistentes. Completa tomadura de pelo, ya que nadie entra en el recinto de la Asunción sin identificarse y justificar el motivo de su visita.

Ayer el que demostró adolecer de suficiente agudeza visual fue el ínclito e inefable vicepresidente de la Junta, Francisco “Paquirri” Igea, quien aseguró que en las fotos tomadas el pasado miércoles de su “terraceo” en Valladolid se ve “perfectamente” que los reunidos respetaban la normativa anti Covid. Y lo que cualquiera no instalado en el negacionismo trumpiano ve nítidamente en esas fotos, distribuidas por la asociación “Más que bares”, es a once personas, 10 hombres y una mujer, formando un corro que conculca flagrantemente las restricciones vigentes, tal como de hecho les hizo ver un empleado del establecimiento.

La escena se produjo a última hora de la mañana del miércoles en una terraza próxima a la sede de las Cortes, situada frente a la sede de la Agencia Tributaria. Acababa de terminar el pleno del Parlamento autonómico e Igea convocó a sus leales en la Junta más a mano para insuflarse ánimos tras una agitada mañana en la que llegaron a temer por sus cargos, de los que con toda seguridad habrían sido apeados si Inés Arrimadas se hubiera liado la manta a la cabeza pactando una moción de censura con el PSOE de Luis Tudanca.

Los once del “Mestizo”, que así se llama el bar-restaurante, eran 9 cargos públicos de la Junta y dos asesores de comunicación, a uno de los cuales se le ve en las imágenes más mosqueado que un pavo en Navidad con la persona que desde otra mesa de la terraza estaba fotografiando al grupo.

Igea podía haber celebrado ahí una reunión del Comité de Coordinación de la consejería de Transparencia, ya que en torno a él estaban congregados cuatro de los otros seis altos cargos que integran el organigrama. A saber, Fernando Navarro (viceconsejero), José Miguel García (secretario general), Antonio Calonge (director general de Ordenación Territorial) y Carlos Aguilar (director general de Acción Exterior).

Dice Igea que no es el momento de abrir una polémica sobre lo que él mismo ha calificado como un “terrazagate”. Si él lo prefiere, podemos hablar de sus relajados fines de semana en el chalet familiar de Boecillo.