El "efecto mariposa", a punto de dar con Pablo Fernández en Madrid
Ríos de tinta se han vertido sobre el “efecto mariposa” provocado por las mociones de censura concertadas por PSOE y Ciudadanos en Murcia, cuyas primeras derivadas fueron la convocatoria de elecciones en la Comunidad de Madrid y la moción de censura presentada por los socialistas de Castilla y León contra el gobierno que preside Alfonso Fernández Mañueco.
Pero la cosa no acabó en esa frenética mañana del pasado 10 de marzo. Vino después el anuncio de Pablo Iglesias de renunciar a la vicepresidencia segunda del Gobierno y al ministerio de Asuntos Sociales para encabezar la candidatura de Podemos en las elecciones anticipadas convocadas por Isabel Díaz Ayuso en la comunidad madrileña. Con lo cual las mociones de Murcia han terminado provocando una remodelación del gobierno de Pedro Sánchez.
Cierto que la moción de censura presentada en Castilla y León no ha logrado tumbar al gobierno de esta comunidad, pero el pase al grupo de no adscritos de la procuradora María Montero ha dejado sin mayoría absoluta al bipartito que comparten PP y Ciudadanos. Y ello no ha dejado de ser consecuencia, y no menor, del seísmo político con epicentro murciano.
El sismógrafo de “El topillo” ha detectado en Castilla y León otras ondas sísmicas que han estado a punto de sacudir al cuarto partido con representación en las Cortes. El procurador y máximo dirigente de Podemos en la comunidad, Pablo Fernández, ha estado en un tris de abandonar su escaño en el “mausoleo” de Villa del Prado para incorporarse a la candidatura que encabeza Pablo Iglesias a la Asamblea de Madrid.
Aunque se había preinscrito para concurrir a las primarias en la lista de Iglesias, Fernández ha decidido en el último momento dar marcha atrás. Su salto a la política madrileña hubiera resultado ciertamente sorprendente, toda vez que el político leonés acaba de ser reelegido con el 100 por 100 de los votos para un nuevo mandato, el tercero, como coordinador autonómico de Podemos en Castilla y León.
Pero la espantada ha estado a punto de producirse y de ella estaba informado su entorno más próximo, y desde luego las dos dirigentes de Podemos más votadas en la pasada Asamblea Autonómica del partido: Laura Domínguez, la procuradora burgalesa, y Lorena González, la exprocuradora berciana actual concejal de Bienestar Social en el ayuntamiento de Ponferrada.
En la marcha atrás final también puede haber influido el hecho de que la compañera de lista llamada a ocupar el escaño que hubiera dejado vacante en las Cortes, la también concejala ponferradina María Luisa Varela Fuertes, tenía dificultades personales para asumir dicha nueva responsabilidad, teniendo que ceder el paso al número tres de la lista, Ramón Acera Gil, que no pertenece a Podemos sino a Equo. En todo caso, de haberse confirmado la marcha de Fernández, quien hubiera heredado la portavocía del grupo mixto de las Cortes hubiera sido Domínguez, procuradora ya en la anterior Legislatura.
A raíz de la moción de censura se ha especulado sin mucho fundamento sobre el posible salto de Luis Tudanca a la política nacional, algo que el secretario autonómico del PSOE ha desmentido rotundamente. Sin embargo, el que de verdad ha estado a nada de hacer mutis por el foro ha sido el líder de Podemos, cuyo nombre ya fue barajado el pasado año para ocupar un alto cargo en el gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos formado tras las últimas elecciones generales.
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