Así hacen historia la consejera Casado y el gerente Mitadiel
No diré que Verónica Casado entró a sangre y fuego en la consejería de Sanidad, pero al llegar al cargo, verano de 2019, desmontó prácticamente por completo el equipo de su antecesor, el por otra parte olvidable Antonio Sáez. En el nivel netamente político, tan solo el director de Asistencia Sanitaria, Alfonso Montero, logró sobrevivir a la “reorganización”. A continuación, decenas de responsables sanitarios de “libre designación” fueron sustituidos por otros sin más explicación que “el cambio de estrategia organizativa consecuencia de las nuevas directrices acordadas en la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León”, según rezaba en cada uno de los ceses rubricados en el Bocyl por la consejera.
Como es sabido, uno de los promocionados por el equipo diseñado por el “trío de la bencina” (Casado, el gerente del Sacyl, Manuel Mitadiel quien-te-ha visto-quien-te-ve, y obviamente el omnipresente Igea), fue el hasta ahora gerente de los hospitales Clínico de Valladolid y de Medina del Campo, José Manuel Vicente, al que han dimitido fulminantemente tras el monumental escándalo destapado en el hospital medinense.
Y lo que son las cosas: la consejera Casado ha designado como titular de ese doble puesto a José Antonio Arranz Velasco, un profesional médico de larga trayectoria y probada capacidad para la gestión sanitaria. Arranz Velasco conoce además de primera mano el hospital de Medina del Campo, del que fue director gerente entre 1994 y 2002. Pero todavía conoce mejor el hospital Clínico de Valladolid, del que fue subdirector general justamente hasta la llegada del dimitido Vicente.
Es decir, que entre esas decenas de responsables de “libre designación” cesados por la consejera Casado en virtud de ese “cambio de estrategia organizativa” estuvo el doctor Arranz Velasco, al que ahora ha tenido que recurrir para arreglar el desaguisado del hospital medinense. En noviembre de 2019 a Casado y Mitadiel no les servía para seguir siendo subdirector del Clínico de Valladolid y un año y medio después ha pasado a ser el máximo responsable de dicho hospital. Así hacen historia la consejera de Sanidad y el gerente del Sacyl.
Mientras tanto, ya se elevan a cinco las dimisiones, o ceses encubiertos como dimisiones, registrados en el hospital de Medina, donde por ciento todo el personal estaba al tanto de la conducta del traumatólogo q.e.p.d. menos los profesionales médicos, ninguno de los cuales figura entre los 26 firmantes de la denuncia sobre los presuntos abusos sexuales sufridos por mujeres anestesiadas. Pero la responsabilidad de lo ocurrido no termina entre las paredes de ese hospital. La directora general de Profesionales, Mercedes Pérez de Miguel, el gerente Mitadiel y la propia consejera no han explicado por qué no se actuó hasta que el denunciado había fallecido, dejando transcurrir 60 largas horas sin adoptar ninguna medida cautelar ante los gravísimos hechos denunciados.
Y una cosita a Igea: Sobra apresurarse a anunciar que la Junta se personará en el procedimiento si hay caso judicial, cuando, más que personarse como acusación, debería asumir su condición de responsable por omisión de lo ocurrido. Y faltan explicaciones. Muchas explicaciones que antes o después el "trío de la bencina" no tendrá más remedio que dar.
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