¡Joder, que tropa...!
La célebre expresión del Conde de Romanones puede aplicarse a la actual clase política sin distinciones de partido. Y por supuesto, con alguna mínima excepción, a quienes ocupan los 81 escaños de las Cortes de Castilla y León, donde últimamente proliferan las broncas de todo tipo.
Sin haber sido la más grave de ellas, se ha armado casi la mundial después de que en el último pleno de las Cortes el secretario segundo de la Cámara, José Francisco Martín, Jotaefe entre sus compañeros, soltara por lo bajinis un ¡payaso…! dirigido al portavoz del PP, Raúl de la Hoz, que intervenía en ese momento desde el atril. Cierto que totalmente fuera de lugar. Porque además la de payaso es una admirable profesión que no debe ser utilizada a modo de insulto. Si se entera Pepe Viyuela, el promotor de Payasos sin Fronteras, se cabrearía con toda razón. Eso sin contar que entre las virtudes que adornan a De la Hoz nunca ha estado la de resultar alguien gracioso.
A Jotaefe, que hace tiempo que no anda fino (la metedura de pata con Ana Torme fue de las que hacen época), poco menos que lo han linchado por semejante desliz. Hasta mereció el honor de abrir determinado espacio televisivo en el “prime time” de la cadena autonómica de la señorita Pepis. El vicepresidente Francisco Igea, autotitulado “creyente lleno de dudas”, no ha tenido ninguna para pedir su excomunión. Y de paso la de la vicepresidenta socialista de la Cámara, Ana Sánchez, a quien considera igualmente indigna de desempeñar esa función institucional. Y lo ha dicho desde el púlpito que tiene a su disposición como Portavoz la Junta.
Con su particular vara de medir, nada dijo Igea de que otra integrante de la Mesa, la secretaria tercera, Marta Sanz, vulnerara el Reglamento de las Cortes el día que desplegó su famosa bandera rojigualda en el atril de las Cortes. Y olvida que él mismo se puso el Reglamento por montera cuando colgó en Twitter una fotografía de los escaños socialistas realizada desde su escaño. Por lo demás, tiecojó, que diría el añorado Tomás Hoyas, que el político más faltón y pendenciero que ha conocido esta comunidad se erija en custodio del orden y defensor de las buenas maneras…
Lo de “Joder, que tropa” estuvo a punto de reproducirlo el vicepresidente primero de las Cortes, Francisco Vázquez, que presidía la sesión durante la “payasada” de referencia. Pero se quedó a medias. “Señor Briones, le llamó al orden… ¡joder!”, soltó Vázquez instantes después, afeando la conducta de otro procurador socialista. En el fondo, son como niños. Bastante malcriados, eso sí.
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