Haciendo el bobo
El domingo es uno de mis días preferidos. Tranquilidad a media tarde, merienda ligera y lectura reposada. Hoy me ha tocado madrugar y ya se sabe: A quien madruga, Dios le ayuda.
He dejado la casa como los chorros del oro, preparé bocadillos para los pisapraos que están de visita y logré comer sola.
Chari, su hijo y el mío se van de excursión, hacen propósito de ir caminando hasta la Atalaya y yo me quedo tan ancha. Pepita se va con dos amigas a la piscina del Parador. Lo dicho Aurora, a lo tuyo, que es escribir, después de ejercer una de tus profesiones más odiadas: tus labores. Eso de la casa no es lo mío. Me cuesta Dios y ayuda tener todo al día y más cuando se acerca el solsticio de verano. Antes de la víspera de San Juan intento estar morenita sin hacer mucho caso al cáncer.
Antes de escribir me acerco a comprar tabaco y pasteles. Son mis únicos vicios cuando estoy a solas y tan sólo dependo de mi conciencia. Ya me imagino las palabras de los de la excursión cuando regresen. Ellos haciendo vida sana y yo más inflada que un personaje de Botero.
Es semana de declaraciones, por suerte (mala) estoy hipotecada. En los últimos años me devuelven cuatro duros y me quitan el disgusto de renegar, una ya reniega bastante durante el año y con esto de las devoluciones de Hacienda, en noviembre, me sentiré tan afortunada como los Botín.
Cuentan de Botín (el abuelo de la saga), que cada día, al salir de la iglesia, tenía a un pobre pidiendo limosna en el nombre de Dios. Después de muchos meses el mismo pobre, un buen domingo, pidió en el nombre de Dios y la Virgen María. Botín, por primera vez concedió la limosna contestando: Hombre, faltaría más, si es con dos firmas.
Aquí estamos todos como el pobre de Botín, avalados por dos firmas o muertos de asco. España va bien, al menos eso nos cuentan algunos. Lo que Rodrigo Rato no me saca por la renta me lo han sacado los niños para las fiestas. Uno, que quiere ver a los Dover; la otra, que va con sus amigas a Mónica Naranjo, y Chari y yo nos iremos a bailar los boleros de Café Quijano. Francisco, aunque es joven, se queda para las marujas y los de la barbacoa.
Esta tarde he cerrado todas las ventanas. El vecino de la barbacoa, con toda la prole y cuatro invitados, inauguró la temporada. El aire bajaba de la sierra y un tufo a colesterol invadía toda la casa.
Ayer estuvimos paseando por Segovia. Al pasar por San Esteban quedamos horrorizadas por el mamotreto que tapa la iglesia. El Conde de Vezoya estará que trina, le quitan lugares de aparcamiento y encima le afean el casco antiguo. Dicen en sus círculos que el yernísimo está haciendo bueno a Paco de Paula. Ya se sabe Señor Conde: Más vale malo conocido... En eso estamos de acuerdo, pero en quién pondría más dinamita al invento podemos hacer un concurso.
Para dinamitero el suegro que tiene la ciudad patas arriba en plenas fiestas. Ahora comienza los agujeros por la zona del Acueducto y esto parece un queso de gruyer. La guinda la pondrá con el aparcamiento del Salón. Que aproveche el de Vezoya y se compre una plaza. Si necesita aval que le echen la firma el marqués consorte, que es su editor, y mi amiga Chari, que es empresaria y le va bien el negocio.
En esto de la política y la opinión pública conviene seguir pautas de prudencia y hacerse el idiota hasta que te llegue la hora. Como el emperador romano Claudio cuando visitó a la sibila de Cumas. Después de hacer unos sacrificios a los dioses, ésta le musitó: La que gime bajo la púnica maldición y se ahoga bajo el peso de su oro, antes de sanar, aun más enfermará. Y así fue, antes de llegar una época prospera y razonable para Roma, el mundo de entonces tuvo que aguantar a Tiberio y Calígula.
Marqueses y condes llevan sangre azul en sus venas y escudo nobiliario en sus camisas, nosotras las mortales, cuando somos jóvenes, tan sólo podemos optar a ser reinas por un día. Algunas, antes de llegar al altar, eligen ser reinas de las fiestas. Los concursos de mises tienen jurados muy machistas y ahora, los ayuntamientos, encierran a las candidatas como si fueran el colegio cardenalicio en la elección de un nuevo Papa. Todo es muy democrático y entre ellas eligen a la reina. Chari reniega de estas elecciones, afirma muy encendida que las chicas no hemos nacido para ser floreros.
Admiro tanto como mi amiga a Clara Campoamor. Ella consiguió en España el sufragio universal. Gracias a ella, las mujeres tuvimos los mismos derechos electorales que los hombres en la Constitución de la Segunda República. Años antes, la Campoamor rechazó la Cruz de Alfonso XII como gesto republicano. A estas alturas, entrando casi en el año 2000, no vemos con buenos ojos esto de las reinas ni para las fiestas de los pueblos.
Los de la excursión llegan con buen color y mi Pepita tiene aun olor a aceites de zanahoria. Se pasó el día en la piscina y parece recién salida de la barbacoa de mis vecinos.
Chari, que es muy bruja, se propone hacer vudú con los de la barbacoa. Me dice que ya tiene experiencia en ello y nos puede dar buen resultado. Ella me cuenta que en sus viajes por Haití y Luisiana pinchaba muñequitos que simbolizaban a sus enemigos, de esta forma les daba matarile con grandes dolores de cabeza. Yo le prometo que antes del mes de julio pienso tomar unas lecciones. Empiezo a temer una temporada de chuletas y chorizo a la brasa que me amargue el estío.
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