Durante el año pasado, cada ciudadano de Castilla y León depositó, de media, 15,3kg de residuos en el contenedor amarillo, frente a los 11,6kg de 2017.
Desde 2017 hasta 2021, el uso del contenedor amarillo en Castilla y León ha crecido un 32,3%, lo que refleja que el reciclaje de envases es un hábito asentado entre la sociedad castellana y leonesa. Así, durante el año pasado, cada ciudadano depositó 15,3kg de residuos -frente a los 11,6kg de 2017- en los 15.558 contenedores amarillos que hay a disposición de los ciudadanos de la región, el equivalente a bajar la bolsa de envases una vez cada seis días, aproximadamente.
En el caso del contenedor azul, el aumento de su uso en el último lustro ha sido de un 6,6%. Durante el año pasado, Castilla y León separó y depositó 19,4 kg de envases de papel y cartón en los 21.803 contenedores azules que hay situados en la vía pública para reciclar, una bolsa cada ocho días. Esta cifra se situaba en los 18,2kg de media por habitante en 2017.
Además de a través de los contenedores, los envases domésticos se recogieron también en otros espacios, como en los más de 3.000 puntos de reciclaje situados en lugares de gran concurrencia (oficinas, hoteles, restaurantes, bares y cafeterías, así como centros deportivos, entre otros).
Solo en 2021, la región mandó a instalaciones recicladoras un total de 67.688 toneladas de envases de plástico, metal, brik, papel y cartón, que contribuyeron de forma significativa a las 1.570.513 toneladas de envases enviadas a instalaciones recicladoras a nivel nacional.
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