A lo largo de la última década el grado de sensibilización y concienciación que nuestra sociedad ha adquirido con respecto al futuro del planeta se ha visto acrecentado. Construir un entorno más saludable y sostenible se ha convertido en un objetivo perentorio y esto es algo que hemos podido detectar no sólo a nivel de hábitos de consumo, sino también a nivel de oferta. La tecnología y la creatividad han propiciado el desarrollo de soluciones ecológicas adaptadas a todos los contextos y necesidades.
¿Estás buscando formas efectivas de ahorrar energía y propiciar la sostenibilidad en el hogar? Si es así, toma nota. A continuación compartimos contigo una selección de consejos que te servirán de utilidad. ¡Toma nota!
Aire acondicionado y la calefacción
A menudo, durante los meses con temperaturas más extremas, se tiende a hacer un uso desmedido de los sistemas de refrigeración y calefacción. Aprender a establecer un margen de tiempo y de potencia no sólo nos permitirá reducir el impacto sobre el planeta a nivel global sino también, a ahorrar bastante en nuestras facturas. Mientras que la calefacción puede quedar perfectamente situada en torno a los 20 grados centígrados para reducir la sensación de frío, en el caso del aire acondicionado unos 26 pueden generar ambientes térmicos refrescantes.
Por último, a la hora de utilizar el agua caliente basta con llevar el termostato hasta una potencia que proporcione una temperatura de, aproximadamente, 35 grados. Acercarnos a este tipo de aproximaciones puede suponer un ahorro considerable en nuestra factura a largo plazo pero, también, una reducción del impacto medioambiental.
Aprovechamiento de recursos naturales
No todas las familias cuentan con presupuestos suficientemente holgados como para poder llevar a cabo una inversión en proyectos de eficiencia en el contexto del hogar. Dinámicas como renovar las ventanas, habilitar una terraza exterior o agregar un grupo de placas solares pueden requerir de una inversión económica razonable. No obstante, lo cierto es que tienen una elevada tasa de amortización. A pesar de que la instalación requiere de un desembolso económico moderado, permite ahorrar una gran cantidad de dinero a largo plazo en nuestras facturas. También existen algunas pequeñas acciones que no necesitan de grandes inversiones y que pueden contribuir a una reducción del gasto. Por ejemplo, pintar las paredes interiores de un color que incremente los niveles de luminosidad o abrir a menudo las ventanas de diferentes habitaciones para generar corrientes de aire naturales.
Actualizaciones básicas en el interior de la cocina
La cocina es el epicentro del consumo por acumular un gran número de electrodomésticos. Invertimos mucho tiempo desarrollando tareas en su interior por lo que aprender a aplicar algunos hábitos y técnicas de ahorro puede permitirnos minimizar el consumo que se produce. A continuación, compartimos contigo una selección de ejemplos:
- Emplear una olla a presión puede traducirse en ahorro considerable de energía y tiempo.
- A la hora de hacer recetas al horno es importante no abrirlo en muchas ocasiones durante el proceso de cocinado. En cada apertura, la temperatura desciende unos 20 grados centígrados.
- ¿Necesitas descongelar algún alimento? ¡Olvídate del microondas o de ponerlo bajo el grifo! Trata de planificar bien y sácalo del congelador bastantes horas antes de poner a cocinar. Adoptar este hábito siempre que lo necesites te ayudará a minimizar una gran cantidad de agua y energía a largo plazo.
Modo Standby: Prohibido
Si echas un vistazo a tu alrededor, lo más probable es que identifiques una gran cantidad de aparatos en standby dentro de tu hogar. Desde el ordenador, a la televisión, el router o el cargador del móvil. Se trata de prácticas automatizadas y que, al llevarse a cabo sistemáticamente durante todo el año pueden generar un efecto importante a largo en plazo en nuestra factura de la luz, por no hablar de la huella que este tipo de descuidos dejan en el planeta si sumamos los millones de viviendas alrededor de todo el mundo que gastan energía cometiendo el mismo tipo de errores. Este tipo de acciones también afectan al estado en que se encuentran nuestros electrodomésticos ya que minimizan su vida útil.
Bombillas de bajo consumo
Sí, las bombillas de bajo consumo o LED tienen un precio de venta ligeramente más elevado al que podemos encontrar en el mercado de las bombillas incandescentes. Sin embargo, existen muchos motivos por los que adquirirlas merece la pena: Las bombillas LED no sólo tienen una vida útil 8 veces superior frente a las alternativas convencionales. ¿Sabías que consumen hasta un 80% menos de energía? Sustituirlas de forma global en todas las estancias de nuestro hogar puede repercutir de una forma bastante positiva en nuestra factura mensual.
Electrodomésticos más eficientes
A lo largo de los últimos años hemos podido ver cómo los electrodomésticos de clase energética A++ o A+++ han ido proliferando dentro del mercado. Este tipo de alternativas registran unos niveles de consumo de hasta un 70% inferiores en comparación con las opciones de clase A.
Comenzar a sustituirlos de forma gradual puede marcar un antes y un después en nuestro consumo, especialmente si la sustitución se extiende a todos los aparatos y electrodomésticos. Por supuesto, el mobiliario también constituye un factor de eficiencia. Apostando por las clases energéticas más óptimas no sólo haremos de nuestro planeta un lugar mejor, sino que también contaremos con un hogar mucho más sostenible.
Sistemas de aislamiento
El sobreconsumo viene especialmente determinado por la existencia de problemas de aislamiento. Sellar las ventanas, instalar dobles cristales o agregar materiales aislantes especiales en los puntos más vulnerables del hogar puede minimizar considerablemente las necesidades de refrigeración o calefacción.
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