Durante el pasado fin de semana se ha celebrado en Valladolid la Feria INTUR de turismo de interior, en la que la provincia participó con el stand de la Diputación de Segovia.
Durante la jornada del domingo tuvo lugar en el stand de Prodestur la presentación de la ya tradicional Cofradía del Niño de la Bola que fue presentada al público por el profesor emérito Juan Carlos Llorente, de la mano de la concejal de Turismo, Maite Sánchez.
En su presentación, Llorente destacaba que a muchos cuellaranos no les parecería Navidad sin la referencia a los cultos que se celebran en honor al Niño Jesús de la Bola. No es extraño, pues la tradición se fraguó hace siglos y ha pasado al acervo cultural de la villa.
La historia comenzó en el siglo XVII. El libro de actas que se conserva en el archivo parroquial se inicia en el año 1679 y cierra en 1891. No sabemos qué ocurrió hasta 1912 en que se inicia otro libro hasta 1949; otro libro desde 1950 hasta la actualidad. No se conoce el libro fundacional, por lo que debemos señalar como muy posible que la fundación tuviera lugar antes de esa fecha indicada de 1679. La Cofradía lleva el nombre del “Dulce nombre de Jesús”.
La propia talla del Niño Jesús es típicamente barroca y fechable en torno a esos años. Aunque es de bulto redondo, se le viste con ropillas de tipo dieciochesco. Es procesionado en unas preciosas andas doradas, también del siglo XVIII.
El recorrido de las dos procesiones de los días 1 y 6 de enero de cada año y el horario, han variado, aunque el recorrido sea prácticamente el mismo; la entrada y la salida no, puesto que por el estado en que se encontraba la iglesia de San Estaban, los cultos se trasladaron a la de San Miguel, y de allí salen y entran las procesiones.
Durante el recorrido, se desgranan danzas muy antiguas, al son de la dulzaina y el tambor, destacando una sobre las demás, el propio Villancico-estradilla del Niño Jesús, que desde siglos, popularmente, se le denomina “de la Bola”. Todos los años, de forma voluntaria, organiza los actos (eucaristía, refrescos, procesiones) un mayordomo, bajo la presidencia del párroco de la villa.
En la actualidad, los cofrades, además de mantener su propia devoción al Niño Jesús, pretenden mantener viva la tradición dando testimonio de fe en la Navidad cuellarana. A la cofradía puede pertenecer la persona que lo desee, así como ostentar el cargo de mayordomo, que, según costumbre, la representación se suele delegar en los niños.
A esta presentación tradicional de la villa se sumó una demostración de las castañuelas típicas que se tocan durante la procesión. Juan Carlos Llorente hizo una demostración de cómo deben cogerse y hacerse sonar, a la que se sumó la diputada de Prodestur Segovia quien se animó a intentarlo, así como los asistentes y curiosos admiraban la gran destreza de Llorente al tocarlas.
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