El pasado jueves se celebró en Prádena la Cencerrada de San Andrés, tradición popular que perdura con los años.
Cada año, el 30 de noviembre, adolescentes y niños danzan y corren por las calles de la localidad, colocándose cencerros alrededor del pecho, para hacerlos sonar como despedida.
La Cencerrada, tradicional en Prádena, fue antiguamente una costumbre extendida en la provincia de Segovia que realizaban los pastores y que se repetía el sábado siguiente a la festividad de San Andrés.
Desde hace años, en Prádena, chiquillos y adolescente se dan cita en la Plaza con los cencerros colgando sobre sus cuerpos. Forman un círculo y corretean por las calles del pueblo mientras hacen sonar sus cencerros.
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