El reflujo gastroesofágico es una afección común entre los recién nacidos que se caracteriza por el retorno del contenido del estómago al esófago. Este fenómeno se produce principalmente debido a la inmadurez del sistema digestivo del recién nacido, especialmente del esfínter esofágico inferior que regula el flujo de alimentos hacia el estómago. Aunque el reflujo puede causar molestias al bebé y preocupación a los padres, no es una afección grave y existen varias estrategias que pueden ayudar a gestionar la situación de forma eficaz.
Que hacer en caso de reflujo
Cuando un recién nacido sufre de reflujo, los padres pueden tomar algunas medidas para aliviar el malestar del bebé. Primero, es importante mantener a el bebé erguido durante la alimentación y durante al menos 30 minutos después. Esto ayuda a reducir la presión sobre el esófago y ayuda a la digestión. Además, es aconsejable evitar sobrecargar el estómago del recién nacido con cantidades excesivas de comida de una sola vez, prefiriendo comidas más pequeñas, pero más frecuentes. Incluso durante el cambio de pañal o al dormir, es buena idea mantener al recién nacido ligeramente inclinado, elevando la cabeza y los hombros con una almohada especial o una toalla enrollada. Esto promueve el flujo natural de líquidos en el estómago y reduce la probabilidad de reflujo.
También es importante tener en cuenta el aspecto práctico cuando se trata de un recién nacido que sufre de reflujo. Dado que el reflujo puede provocar regurgitaciones frecuentes, es recomendable llevar varias mudas de ropa para tu bebé cuando estés fuera de casa. De esta forma, es posible afrontar situaciones inesperadas con mayor facilidad, evitando que el niño se quede con la ropa sucia o mojada. Además, usar las muselinas bebé, como las de Mimuselina, también es una excelente manera de proteger la ropa del bebé y de los padres. Durante la alimentación o, en general, cuando se prevea un episodio de reflujo, conviene tener siempre a mano al menos una muselina para recoger las regurgitaciones y evitar que se moje la ropa.
Cómo prevenir el reflujo
Además de controlar el reflujo, también es posible tomar algunas medidas preventivas para reducir la aparición de este malestar. En primer lugar, es recomendable amamantar si es posible, ya que la leche materna es más fácilmente digerible que la leche de fórmula. Además, la lactancia materna también promueve un vínculo estrecho entre la madre y el bebé, lo que puede ayudar a reducir el estrés en el recién nacido. Al introducir la leche de fórmula, es bueno tener cuidado al elegir productos formulados específicamente para recién nacidos con reflujo. Estos productos pueden contener ingredientes que ayudan a la digestión y reducen la posibilidad de reflujo. Además, es recomendable evitar el uso de biberones con un orificio demasiado grande, para controlar el flujo de líquido y reducir la posibilidad de sobrecargar el estómago del bebé. Por último, es importante mantener bajo control el peso del bebé, ya que el exceso de peso puede aumentar la presión sobre el abdomen y contribuir al reflujo. Por lo tanto, seguir las recomendaciones del pediatra en cuanto a nutrición y controlar periódicamente el peso de su hijo puede ayudar a prevenir el reflujo.
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