El número de ataques y cabezas de ganado muertas por lobos en Castilla y León durante 2023 ha experimentado un preocupante aumento. Con un total de 3,558 ataques, se registra un incremento del 16% en comparación con 2022 y del 33% respecto a 2021. Además, el número de cabezas de ganado muertas alcanza las 5,566, mostrando un aumento del 9% con respecto al año anterior y un 30% en comparación con 2021.

La provincia de Ávila encabeza la lista con el 30% de las cabezas muertas, seguida por Segovia (19%) y Zamora (18%). Estos datos revelan que el ganado vacuno representa el 52% de las bajas, concentrándose en Ávila y Segovia, mientras que el ganado ovino y equino sufren pérdidas significativas.

Este aumento continuado de los daños se atribuye a la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) en 2021, prohibiendo la caza de esta especie al norte del Duero y limitando el control poblacional por daños a la ganadería en toda la región.

La Junta de Castilla y León, junto con las Organizaciones Profesionales Agrarias, ha expresado su preocupación en una reunión reciente. La Junta destaca la necesidad de derogar la Orden TED/980/2021, que protege al lobo, y hace un llamado a la Ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, para reanudar el diálogo y flexibilizar la gestión del lobo, garantizando la conservación de la especie.

Las indemnizaciones por los daños de lobo en 2023 ascienden a 3,45 millones de euros, con cambios en la normativa de pagos compensatorios que permiten la compensación retroactiva al norte del río Duero desde la inclusión del lobo en LEPRE en 2021.

La situación en Castilla y León refleja una preocupación más amplia, respaldada por el Parlamento Europeo en 2022, que insta a la Comisión Europea a revisar la protección del lobo.