
Afrontar la pérdida de un ser querido nunca es fácil. En esos momentos, las flores se convierten en un gesto sencillo pero lleno de sentido, que transmite apoyo, cercanía y respeto sin necesidad de hablar. Aunque muchas personas dudan sobre qué ramo elegir y cómo escribir unas líneas que acompañen sin resultar frías o demasiado solemnes. Por eso, contar con algunas pautas puede ayudar a tomar una decisión con calma y sensibilidad.
Los arreglos de duelo y homenaje tienen una tradición muy marcada, pero también dejan espacio para que cada familia refleje sus emociones y su forma de recordar. Al final, no se trata de seguir una regla estricta, sino de enviar un detalle que acompañe y que esté a la altura del cariño que sentimos por quien ya no está.
Cómo elegir el ramo más adecuado
Cuando pensamos en flores de duelo, lo primero que se nos viene a la mente son los tonos suaves. Blanco, crema o colores pastel aportan serenidad y son perfectos en momentos de despedida. Flores como las rosas, los lirios, las margaritas o los claveles son algunas de más habituales por su belleza y el simbolismo que llevan asociado. Los lirios, por ejemplo, se relacionan con la paz, mientras que las rosas blancas transmiten respeto y recuerdo.
La forma del arreglo también importa. Los centros florales horizontales se utilizan con frecuencia en funerales o actos de homenaje, ya que permiten crear composiciones equilibradas y elegantes. Las coronas o cruces florales son formatos tradicionales para funerales, mientras que los ramos verticales o en abanico resultan apropiados si se quiere enviar un detalle más íntimo a la familia.
Para quienes buscan una opción cuidada y elaborada, Interflora trabaja con floristas profesionales que preparan arreglos florales auténticos y artesanales y lo entregan en el mismo día en cualquier punto de España, incluso en festivos. Este tipo de servicios ayuda a muchas familias que desean enviar un gesto respetuoso sin preocuparse por la logística.
A la hora de elegir, conviene pensar también en la relación personal. Un centro más elaborado puede ser adecuado si existía un vínculo estrecho, mientras que un ramo sencillo y blanco es perfecto cuando se busca un gesto respetuoso sin demasiada ornamentación.
Cómo escribir un mensaje sencillo, respetuoso y sincero
La tarjeta que acompaña al ramo no necesita ser larga. De hecho, los mensajes breves suelen reconfortar más porque resultan claros y sinceros. Frases como “Con todo nuestro cariño”, “Siempre en nuestro recuerdo” o “Te acompañamos en este momento” son cálidas y respetuosas sin caer en solemnidades excesivas.
Si había una relación cercana, se puede añadir un pequeño recuerdo o una cualidad de la persona. Algo tan simple como “Gracias por todos los momentos vividos” puede tener un gran significado para la familia. En cambio, si el vínculo era más formal, es mejor mantener un tono sereno y neutro.
Quienes sienten que no logran encontrar las palabras pueden inspirarse en la propia simbología de los ramos de flores, que a lo largo de la historia se han utilizado para expresar emociones sin hablar. Recordar que los claveles simbolizan afecto duradero o que los lirios evocan paz puede ayudar a orientar el mensaje.







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