Benigno Santiño Segura es uno de los decanos del periodismo vinculado desde siempre a la ciudad de Segovia. Si volviera a empezar elegiría sin duda los buenos años al frente de diversas emisoras donde compartió micrófono con Matías Prats, Cirilo Rodríguez y un largo elenco de buenos periodistas.
Benigno Santiño, a pesar de su permanente coqueteo con la literatura reconoce no haber tenido tiempo ni tesón para escribir, por ejemplo, una novela, "lo mío son las cosas pequeñas dentro del ensayo y la poesía, modestos trabajos que me gratifican y llenan".
Conocer la vida profesional de Santiño, afincado en la segoviana calle de San Juan desde siempre, es darse un paseo por los últimos cincuenta años del mundo de la radio. Empezó con diecisiete en Radio Segovia.
"Bueno a hacer radio empecé con don Antonio Hernández en Radio Segovia, pero mi primer artículo de prensa lo escribí en El Adelantado de Segovia con Luis Cano Rueda en vida. En muy poco tiempo tuve la gran suerte por esas circunstancias de la vida de llegar a Radio Nacional de España. Unos altos directivos de esa emisora, entre los que se encontraba José María Aznar, abuelo del actual presidente, escucharon el programa y me llevaron a Madrid.
Si en Segovia coincidió con el internacional periodista Cirilo Rodríguez, de su etapa por Radio Nacional recuerda haber compartido programas con "Matías Prats, David Cubero, Germán Mira, Maruja Molina, Ana María Saíz, que luego fue una de las famosas chicas del Inter, y otros tantos compañeros que llegaron a ser muy conocidos.
En Radio Nacional hice los famosos Diarios Hablados y "el parte", título que todavía la gente usa para denominar a los informativos".
Tras su primera aventura en la capital de España, y con unos añitos más de experiencia, Santiño se pasó a la empresa privada. "Estuve aproximadamente diez años en Radio Córdoba, emisora que llegué a dirigir. Allí mismo tiempo me embarqué en el Gabinete de Cultura y Turismo del Ayuntamiento, casi único en España ya que sólo había otro en Barcelona y también colaboré mucho en el Diario de Córdoba. Esta fue una etapa realmente densa".
Después se enroló en una serie de negocios que nada tenían que ver con el mundo de la radio. Pero como el gusanillo de la profesión lo seguía conservando, volvió a las andadas de la mano del Luis Angel de la Viuda, que había sido director general de Televisión Española y de Radio Nacional. "Me enceló y entré en Radio 80 en Madrid, a la que pertenecían aproximadamente unas 65 emisoras en España. Fui director regional en Extremadura y director general de promoción de la cadena. Mi retorno a Segovia se produjo cuando Antena 3 absorbió Radio 80. Ya te puedes imaginar, porque ahora funciona más o menos igual, que método siguieron tras la absorción, así pues a los altos cargos nos dieron la licencia".
De aquello ya han pasado catorce años, de los cuales Santiño ha pasado la mitad en Radio Cuéllar con sus famosas Tardes de café y la Rosa de los Vientos y el resto en el gabinete de prensa de la Diputación Provincial, donde aún continúa trabajando.
Desde la distancia que proporciona el paso del tiempo, Benigno Santiño está convencido que los tiempos pasados que vivió en la radio "no sé si mejores que los de ahora en los que la tecnología ha dado un vuelco a este medio, pero desde luego fueron buenos y muy intensos. Aquella era otra radio, de mayor fantasía, más literaria. Se daba espacio al teatro, a la interpretación teatral, a los comentarios culturales. Había adaptación de novelas, seriales, teatro en el aire, espacios dedicados al cine y a sus bandas sonoras.
Aunque hoy parezca extraño, estuvieron muy de moda las retransmisiones de películas de cine, películas de mucho diálogo en las que los locutores actuábamos como narradores".
Si Santiño volviera a la radio elegiría, sin duda, uno de esos programas de entrevistas, coloquios o mesas redondas. "Tampoco me importaría hacer informativos pero nunca caería en esos espacios rosas llenos de frivolidad, tan de moda".
Respecto a su vocación por la literatura, Santiño reconoce que el mundo del periodismo le ha quitado mucho tiempo. "Y no sólo tiempo. En mi opinión esa inmediatez y urgencia que exige la radio y en general los medios de comunicación estropean. Si a eso se une que yo no he sido constante, el resultado es una modesta obra dentro del ensayo y la poesía, trabajo que, por otra parte, me gratifica mucho".
Sus fuentes de inspiración tienen mucho que ver, según explica, con un profundo sentimiento religioso. "Esto me ha hecho siempre plantearme grandes reflexiones sobre la vida, sobre el pensamiento, sobre la poesía. Pero además, la inspiración también viene de fuera, de mi entorno, de esta provincia llena de belleza, de romanticismo, de misterio".
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