Segovia es desde hace muchos años una ciudad titiritera. Esto se debe en buena medida a Francisco Peralta, uno de los mejores marionetistas de España.
La ciudad de Segovia le ha rendido un sencillo homenaje para agradecer el trabajo realizado durante décadas, un trabajo que se puede ver en la Puerta de Santiago, el edificio que alberga una amplia representación de sus creaciones.
A este acto, homenaje a Francisco Peralta, celebrado en el Jardín de los Poetas, junto al alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, en representación de la ciudad, han asistido Julio Michel, director de Titirimundi, y Sonia Zubiaga, directora de la compañía segoviana "La Pícara Locuela" en nombre del mundo teatral y titiritero de Segovia.
Francisco Peralta recibió la Medalla al Mérito en las Bellas Artes en su categoría de Plata en el año 1990, siendo el primer marionetista al que se otorga tan alta distinción.
La vinculación de Francisco Peralta con Segovia se remonta a los años 70. En el curso 1977-78 se crea la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos en la Casa de los Picos, heredera de las enseñanzas artísticas iniciadas cuando Espinosa de los Monteros crea una escuela de dibujo para elevar los conocimientos artísticos de los numerosos artesanos que vivían en la ciudad en el siglo XVIII. Ese año Peralta imparte los cursos de construcción de títeres en el colegio Universitario Domingo de Soto.
En los 4 cursos siguientes (1980-84) será profesor de Modelado y Vaciado de la Escuela de Artes y Oficios. Y con sus alumnos, en un taller experimental, surge la producción de una nueva versión del Clérigo Ignorante de Berceo que, junto con el Romance de la Condesita, participaría en el I Festival Internacional de Zamora.
Además de su actividad docente, hay que destacar sus creaciones a lo largo de varias décadas. En 1952 creó Pascualín de Gonzalo Bosch; en 1956 fue Bastien et Bastienne, de Mozart; un año más tarde, el Romance de la Condesita (anónimo popular); el cuento popular francés El Pequeño Trampero en 1959; y a principios de los 60, Los Melindres de Belisa, de Lope de Vega, entre otros.
Sus espectáculos han recorrido importantes escenarios de España, Europa y Norte de África. Además, ha trabajado en cine y televisión. En 1962 participó en la realización de la película Dulcinea, dirigida por Vicente Escribá, y posteriormente en Cabriola, dirigida por Mel Ferrer.
Francisco Peralta es reconocido en el mundo del títere, sobre todo, por la investigación constante de mecanismos para lograr mayor expresividad y movimientos más naturales y complejos y, de alguna manera, insuflar un aliento de vida a los muñecos. Su esposa Matilde del Amo tiene un papel fundamental en su producción como responsable de los vestidos y elementos textiles de las escenas. A este recorrido profesional se suma su participación en exposiciones de escultura y pintura, gracias a su extensa formación en Bellas Artes.
En 1981 formó oficialmente la compañía Peralta–Del Amo, en la que se integraron su esposa y sus cinco hijas, y con la que regresaría en 1985 a nuestra ciudad para participar en Titirimundi. Desde esa primera edición del Festival, Peralta no faltará ningún año, actuando y compartiendo su amor hacia los títeres en las calles y plazas segovianas.
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